El año pasado hubo una frase que mujeres, lesbianas, travestis y trans repitieron casi como un mantra. Primero fue un hashtag reproducido en las redes. Después la usaron en las conversaciones de Whatsapp casi como un saludo. Llegó a ser el nombre de algunos grupos de la red social. De a poco empezaron a enunciarla. A decirla en voz alta. A gritarla con el puño en alto. Por teléfono, en audios, al salir del trabajo, de la escuela o de la casa. Las tres palabras se convirtieron en una forma de despedirse y decir que quedaba una tarea pendiente. Una deuda a saldar. Hasta mañana y que sea ley.
Un abrazo y que sea ley. Cuidate y que sea ley. Que sea ley. Que sea ley. Que sea ley.
2018 quedó en la historia argentina como el año en que el debate sobre la legalización y despenalización del aborto llegó a todos lados. No se trató sólo de una discusión puertas adentro del Congreso Nacional. En toda la sociedad se dio un proceso de despenalización social del aborto. Dentro del Congreso hubo cinco meses de debate, con casi 800 especialistas y expositores que pasaron por las comisiones de diputados y senadores a hablar a favor y en contra.
El proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) llegó el 6 de marzo de 2018 a la mesa de entrada del Congreso. La iniciativa fue armada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito, creada en 2005 y conformada por más de 500 organizaciones de todo el país. Era la séptima vez que se presentaba y pedía la legalización del aborto por voluntad de la persona gestante hasta la semana 14 de embarazo bajo todas las causales. Actualmente, en Argentina el aborto está despenalizado desde 1921 en casos de violación y riesgo de salud, pero sólo diez de 24 provincias lo aplica.
El debate en el recinto de Diputados fue el 13 de junio y duró 22 horas. La votación fue de 129 votos a favor y 125 en contra. Dos meses después fue tratado en el Senado en medio de un fuerte lobby en contra de las iglesias católica y evangélica. El 8 de agosto más de un millón y medio de personas llegaron al Congreso a pedir la aprobación, pero finalmente el proyecto fue rechazado con 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones.
El rechazo en el Senado sirvió para que crecieran y se fortalecieran los grupos antiderechos, que se oponen tanto al aborto legal como a la educación sexual integral, el matrimonio igualitario y otras leyes a favor de las mujeres y el colectivo de diversidad sexual. También generó un clima para que los abortos, que ya son legales en Argentina, sean puestos en cuestión. El caso más emblemático fue en enero en Jujuy, donde una niña de 13 años, víctima de violación tuvo que esperar más de una semana para acceder a una interrupción y finalmente fue sometida a una cesárea para salvar al feto, que días después murió. Sobre el caso, el diario La Nación publicó una editorial sin firma llamada "Niñas madres con mayúscula". La nota generó repudio social y más de 100 organizaciones nacionales e internacionales opinaron en contra por tratarse de una apología de la maternidad en la infancia y una justificación de la violación y el abuso infantil. A fines de febrero, el gobierno de Tucumán fue más allá. Sometió a una niña de 11 años a un mes de demoras para llevarla a una cesárea. Tampoco le dio atención psicológica y al momento de la operación todos los profesionales de la salud se declararon objetores de conciencia. La niña había pedido 8 veces la interrupción del embarazo producto de la violación de la pareja de su abuela e intentó suicidarse dos veces. "Que me saquen lo que el viejo me puso adentro", dijo.
Marea verde
La comunión entre las militantes históricas y la generación Ni Una Menos fue la clave para dar el debate del aborto legal adentro y afuera del Congreso Nacional. El pañuelo verde nació hace 15 años como un símbolo de la Campaña. En 2018 salió de los placares donde se guardaba y se sacaba para usarlo en fechas especiales. Hoy cuelga de mochilas y carteras, está atado al cuello o en la muñeca, se cambia y regala como un código compartido de complicidad. El feminismo argentino se construye desde la vuelta de la democracia en las ediciones del Encuentro Nacional de Mujeres (ENM), una experiencia inédita en el mundo que recorre año a año el país y deja a su paso estrategias y organización política. La primera marcha de Ni Una Menos de 2015 marcó un quiebre en la convocatoria con la llegada al movimiento de una alianza estratégica que lo hizo masivo: las adolescentes y jóvenes.
Será ley
Este año la Campaña presentará el proyecto de nuevo. La composición parlamentaria será la misma que en 2018 pero apuestan a sostener el tema en agenda y revertir votos. También a que atraviese el año electoral con la definición de candidatas y candidatos a favor y en contra. Irá atado al pedido de reapertura del ministerio de Salud y al reclamo contra los recortes en el área. Es que después del rechazo y de la marea verde de 2018 la frase "Que sea ley" cambió. El deseo se convirtió en una certeza que se venía tejiendo desde hacía décadas. Y es que tarde o temprano, el aborto será ley.