Mientras los rebeldes continúan luchando con las tropas leales a Gadafi para controlar la capital libia, Estados Unidos anunció que ya trabaja en una transición. La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, dialogó con los ministros de asuntos exteriores de Francia, Reino Unidos, Canadá, Turbia y Suecia sobre el conflicto en Libia, revelaron en la Casa Blanca.
La vocera estadounidense, Victoria Nuland afirmó que «durante la tele conferencia se habló sobre como llevar la democracia al país y posibles maneras de ayuda financiera». EEUU apoya una «transición pacifica y democrática en Libia», afirmó Nuland durante una conferencia.
Más temprano, el vocero del Pentágono, el coronel David Lapan dijo: «Pensamos que Gadafi sigue en el país. No tenemos informaciones de lo haya abandonado».
El régimen del dictador libio Gadafi se encuentra acorralado ante el avance de la coalición rebelde y de la OTAN que buscan poner fin a más de 40 años del coronel en el poder.
La residencia de Gadafi en Trípoli en encontraba asediada por intensos combates tras una amplia ofensiva rebelde respaldada por los países occidentales. Se estima que más del 90% de la ciudad ya está en manos de la insurgencia.
Hubo además combates en el sur de la capital. Desde la mañana se produjeron enfrentamientos con armas ligeras y pesadas. Media hora más tarde se oían disparos de fusiles kalashnikov cerca del hotel Rixos, donde está alojada la prensa internacional.
Los occidentales liderados por Estados Unidos esperan que la ofensiva conduzca a una rápida victoria, más de seis meses después del inicio de protestas populares lanzadas contra Gadafi en el contexto de la «primavera árabe» que ya depuso al presidente egipcio Hosni Mubarak y al tunecino Ben Alí.
En una breve entrevista telefónica con el canal Al Jazeera, uno de los hijos de Muamar Gadafi, Mohamed, afirmó que estaba en su casa y que no tenía intención de irse.
Los rebeldes, que iniciaron su ofensiva el sábado por la noche, llegaron ayer a la Plaza Verde, lugar simbólico donde los partidarios del régimen acostumbraban a reunirse para expresar su lealtad a su líder.
Unas horas antes, el coronel Gadafi había llamado a sus seguidores a «limpiar» la capital de rebeldes, en un mensaje sonoro emitido por la televisión estatal.
La ‘Operación Sirena’, iniciada el sábado, «se está realizando en coordinación entre el Consejo Nacional de Transición (CNT, órgano político de la rebelión) y los soldados rebeldes alrededor y en Trípoli», había anunciado el portavoz del CNT, Ahmed Jibril, quien añadió que «la OTAN también está implicada».
Los rebeldes procedentes del oeste de Libia entraron al anochecer en Trípoli y según un portavoz de la rebelión, Abdulá Melitan, también llegaron rebeldes por mar desde Misrata, a 200 km al este de Trípoli.
Los rebeldes, que al parecer no encontraron una resistencia importante, se acercaron del centro de la capital luego de tomar el control de varios barrios, entre ellos Tajura en el suburbio oriental de Trípoli, según testigos.
Mahmud Jibril, uno de los principales responsables del CNT, pidió a sus combatientes que se abstuvieran de toda venganza en Trípoli y les dijo que aún hay «focos de resistencia» de las tropas de Muamar Gadafi en la capital.
En Bengasi, decenas de miles de habitantes invadieron las calles de la «capital» de los rebeldes en el este de Libia para celebrar el cercano fin del régimen de Gadafi.
A pesar del éxito aparente de los rebeldes, el portavoz del régimen, Musa Ibarhim, afirmó que «el régimen sigue siendo fuerte y miles de voluntarios y soldados están listos para la batalla» y agregó que 1.300 personas murieron las últimas 24 horas en Trípoli. No fue posible verificar este balance.