La titular de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, cuestionó duramente a los diputados de la oposición que recibieron al exapoderado de la entidad Sergio Schoklender, para exponer y responder preguntas en torno a la supuesta malversación de fondos con el plan Sueños Compartidos.
Escoltada por la exministra de Economía, Felisa Miceli, y decenas de miliatantes y colaboradores, Bonafini aseguró que antes tiempo atrás se decía que el Congreso era un nido de ratas, pero que «hoy se volvieron a juntar las ratas con las víboras».
«Me parece importante que se vaya dividiendo así el arco de la política: los fascistas con los que defienden la tortura, y nosotros aquí, en la plaza», completó.
En la habitual ronda de los jueves a la Pirámide de Mayo, Bonafini dijo que las madres «no tenemos nada que declarar, ni aclarar. Venimos dando examen desde hace 35 años y hasta ahora no es hemos venido sacando muy bien diez».
«Las madres estamos siempre en el mismo lugar, sin dejar que nada se caiga, con el esfuerzo de los compañeros que trabajan horas y horas para que siga todo lo que tenemos», afirmó, y dio como ejemplo la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo.
«Nos quisieron vender, regalar, rematar y no pueden», insistió. «Las casas ya están en manos de los trabajadores. A la gente no la hemos defraudado, ni robado, como lo hizo Schoklender, que les robó sus esperanzas, sueños y sueldos», sostuvo.
Bonafini aseguró que de todos los proyectos de construcción de viviendas sociales en los que tenía participación las Madres se están «entregando en tiempo y forma», aunque admitió que desde que estalló el escándalo por el manejo irregular de fondos la fundación se desprendió de los proyectos. «Tal vez no podamos hacer más casas, pero ya tenemos muchos pedido para hacer más de a poco, lento, pero firme», concluyó.
