La rusa Maria Sharapova admitió este domingo que numerosas jugadoras eran reticentes a participar en el torneo WTA de Tokio, seis meses después de la catástrofe nuclear de Fukushima, la más grave sufrida desde la de Chernóbil, en Ucrania, en 1986.
La número dos de la lista WTA señaló, sin embargo, que la presencia de siete de las mejores jugadores del mundo en Tokio, para un torneo que comienza este domingo, servía de «gran declaración» de apoyo al país tras la crisis desencadenada por el terremoto y posterior tsunami del pasado mes de marzo.
«Hubo muchas discusiones sobre el torneo, muchas jugadoras se preguntaban si era razonable venir aquí», dijo Sharapova en un primer momento.
«Sé que un pequeño número de entre ellas no vinieron porque tenían un poco de miedo», aseveró la jugada rusa, nacida el 19 de abril de 1987 en Niagan, en Siberia, casi un año después del drama de Chernóbil. Su madre quedó embarazada de ella cuatro meses después de la explosión de aquella central soviética.
La catástrofe nuclear de Fukushima provocó la evacuación de decenas de miles de personas, que huyeron de la radioactividad. Antes del inicio de los partidos de este domingo, los organizadores y las jugadoras del torneo de Tokio asistieron a una pequeña ceremonia en memoria de la catástrofe nuclear, provocada el 11 de marzo por un seísmo de magnitud 9 y un posterior tsunami que dejaron cerca de 20.000 muertos.