El debate del Presupuesto nacional 2012 en Diputados ya se tornó previsible en extremo. Con un efecto similar al que produjo la primaria abierta del 14 de agosto sobre la elección del 23 de octubre, la oposición ya da como un hecho que habrá ley y que el kirchnerismo no tendrá problemas en la votación. Ningún bloque está hoy condicionando el quórum y la proyección de inflación en un 9,2%, como en años anteriores imposible de cumplir, parece ser el único punto de conflicto real.
Por lo pronto, el debate comenzará el próximo miércoles en la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Allí fueron invitados el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y el secretario de Política Económica, Roberto Feletti.
La reunión convocada por el jefe de la comisión, el kirchnerista Gustavo Marconato, comenzará a las 10.30 y será la primera de cinco sesiones para completar la clásica ronda de visitas de funcionarios del Gobierno.
El único punto que puede generar una discusión más compleja está en las partidas asignadas a Planificación Federal.
Quórum
De ahí, tanto radicales, en boca del propio Ricardo Alfonsín, como el PRO, la Coalición Cívica, el socialismo y el Peronismo Federal, hayan anunciado que darán quórum para la votación en general y luego discutirán el articulado en particular.
Así, la distribución geográfica de la obra pública y la política de subsidios y tarifas podrían ser los tragos amargos para el Gobierno en la votación del Presupuesto 2012. Como principal objetivo están la autorización para endeudamiento al ministerio de Julio De Vido por casi u$s 9.800 millones y los avales a otorgar por esa cartera por u$s 23.000 millones.
Por lo demás, la oposición parece haberse puesto de rodillas para que el trance pase rápido y sin tener que pagar los costos políticos que pagó el año pasado cuando no se votó la ley de presupuesto y el Gobierno terminó organizando un discurso para derivar culpas en la oposición.
Presentación
El proyecto de Presupuesto 2012 ingresó al Congreso el pasado 15 de septiembre y el miércoles pasado fue presentado ante los diputados por Amado Boudou.
El ministro les dejó claro a los presentes que, como sucedió en otras ocasiones, al Gobierno parece no importarle demasiado si el proyecto se vota o no.
De hecho, amenazó con avanzar nuevamente por decreto en la reconducción del Presupuesto 2010 (el último votado) si los diputados ponían piedras en el camino. En el fondo, el Gobierno no puede reconocerlo, pero este año comprobó que se maneja mucho más cómodo sin los límites que le impone la Ley de Presupuesto. Pero eso implicó que, institucionalmente, el país dio unos cuantos pasos atrás.
Ahora, la estrategia del kirchnerismo es aprobarlo antes del recambio legislativo del 10 de diciembre, pero después de las elecciones de octubre. La oposición, casi muda, sólo atinó a confirmar que está dispuesta a debatir el proyecto.
A pesar de eso, ayer Florencio Randazzo se sumó a la línea de Boudou castigando de antemano a un Congreso que se muestra más dócil que nunca, casi abatido. «El Presupuesto es un instrumento que de alguna manera marca el camino que piensa recorrer el Poder Ejecutivo Nacional, de cara al próximo año de su gestión de Gobierno», dijo. «Nosotros esperamos que haya una actitud de responsabilidad de la oposición, cosa que no tuvo con el anterior Presupuesto, ya que tuvimos que trabajar en este ejercicio 2011 con el prorrogado del año pasado».