La renovación de contratos de Nahuel Valentini y de Martín Rivero se sigue dilatando. Y si bien los jugadores son optimistas respecto de llegar a un acuerdo para seguir ligados a Central, los directivos auriazules están molestos por la demora de las negociaciones.
Los dos casos son similares, ya que tanto Valentini como Rivero quedarán libres el próximo 30 de junio si no firman un nuevo vínculo con el club.
Es por este motivo que los dirigentes canallas no quieren quedarse esperando de brazos cruzados. Y, aunque nadie lo hace oficial, puertas adentro habrían decidido que el que no firme contrato, será separado del plantel en enero próximo.
Por la renovación del vínculo de Valentini, los dirigentes vienen charlando con su representante, Claudio Curti, desde septiembre pasado. Y según pudo averiguar este diario, hay una propuesta concreta para llevar al papel que, en teoría, había conformado al jugador, que estaría duplicando sus ingresos.
En el caso de Rivero, la dirigencia ya elevó una oferta concreta para el jugador que supera varias veces su salario actual. Sin embargo, Martín González, representante del volante y hermano de Ezequiel, todavía no respondió al respecto de ese ofrecimiento.
Mientras los dirigentes aguardan novedades de los representantes, los jugadores en cuestión minimizaron el tema.
“Yo quiero quedarme en Central para pelear el torneo y ascender”, manifestó Valentini sobre sus intenciones para lo que viene. Y añadió con gran optimismo que “por parte mía, de mi representante, y del club están las mejores intenciones para que me quede y esto tenga un final feliz”.
Por su parte, Rivero confió que “estuve charlando con mi representante (NdR: Martín González) y creo que está todo bien encaminado, además me dijo que no me haga eco de todo este circo de que no voy a ir a la pretemporada y esas cosas”. Y agregó: “Yo me quiero quedar, Martín (González) está manejando todo y me dijo que me quede tranquilo, por eso no estoy ansioso porque sé que va a terminar todo bien”.
Entre la molestia de los dirigentes y el optimismo de parte de los jugadores de que esta situación llegue a buen término, los plazos se van acortando. Y si no hay definición del tema antes de fin de año, los directivos estarán obligados a tomar una incómoda decisión, pero que entienden necesaria por cómo se dieron los hechos.