La Asociación Empresaria de Rosario (AER) creará una comisión permanente de auditoría y seguimiento de las inversiones en infraestructura ya anunciadas y por anunciar de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), como una forma de asegurarse que a mediano y largo plazo no volverá a colapsar la en parte obsoleta estructura de distribución energética de la provincia. Con la certeza de que el millonario plan de inversiones de la distribuidora estatal no solucionará todo los ploblemas de formas inmediatra, la entidad empresaria busca que sus asociados transiten el “mientras tanto” con menor nivel de daños, y entre otras iniciativas propone que el Banco Municipal de Rosario lance una línea de créditos blanda para la compra de generadores por parte de los comerciantes locales, con la posible asistencia de la propia EPE en esas facilidades. Eso es lo que surgió como más trascendente entre otros varios temas que se discutieron ayer durante una reunión de la AER y directivos de la empresa energética.
“La EPE no se opuso, es más, avaló la iniciativa porque piensa que significa un aseguramiento de sus pasos”, dijo el presidente de la AER, Elías Soso, minutos después del encuentro con el directorio de la empresa energética. Lo que hará la Asociación es formar una comisión permanente que audite el programa de recuperación de las redes de distribución en media y baja tensión que la EPE anunció días después de que se iniciara la seguidilla de interrupciones en el servicio eléctrico. El plan tiene un cronograma a seis años. Para transitar ese lapso con menos complicaciones, la entidad empresaria se puso a la búsqueda de paliativos. Uno de ellos, conversado ayer, apunta a que el banco público de Rosario lance una línea de préstamos a los comerciantes vernáculos a bajas tasas –una posibilidad es que sean subsidiadas– para la adquisición de generadores eléctricos. En medio de discusiones por el aumento tarifario, las compensaciones a usuarios afectados por los cortes y hasta operaciones mediáticas para retomar el abortado proyecto privatizador de la EPE, Soso argumentó que ya no vale seguir planteando el déficit histórico de inversiones en la EPE, y la falta de previsión respecto al crecimiento de consumos y usuario, un diagnóstico con el que coincide. En cambio, expresó que su deber como dirigente es conseguir que una mejor transición hacia el esquema eléctrico que la EPE promete –a seis años– libre de inconvenientes, y velar, mediante la auditoría sectorial de las inversiones públicas prometidas (360 millones de pesos, de los cuales 75 millones se ejecutarán este año).