Socorristas reanudaron anoche las búsquedas en el Costa Concordia, que se desplaza unos milímetros cada hora. Ayer se difundió otro video que compromete más al capitán de la nave, Francesco Schettino, por mentir y haber dado órdenes de tranquilizar a los pasajeros cuando ya conocía lo sucedido.
“El barco se estabilizó y las búsquedas volvieron a comenzar en la parte superior” del crucero, la que está emergida, debido a que una veintena de personas siguen dadas por desaparecidas, anunció la Marina italiana. La decisión de reanudar la exploración fue tomada tras una serie de reuniones que hicieron constatar que el barco se había estabilizado. Once personas murieron en el naufragio del viernes pasado. En total 24 personas –de las cuales tres figuran sin duda entre los cuerpos aún no identificados– permanecen desaparecidas desde hace casi seis días. Las peligrosas inmersiones de los buzos en el navío se dificultaron el jueves por el viento y las olas que azotan la isla y ponen en peligro la estabilidad del crucero semihundido, que corre el riesgo de deslizarse hacia al cercano precipicio de unos 70 metros. Pero la situación meteorológica se agravó ayer por el viento y olas anunciadas de un metro y medio.
Ayer se difundió un video, grabado por un pasajero que muestra a una portavoz de la tripulación tranquilizando a los pasajeros conminándolos a ocupar sus camarotes. La mujer, con una radio en la mano y sin chaleco salvavidas puesto, dice: “Tenemos un anuncio por parte del capitán. Les rogamos que vuelvan a sus camarotes o que paseen por el salón. Terminamos de arreglar el problema del generador (eléctrico) y todo va a arreglarse. Si quieren pueden quedarse aquí, pero no pasa nada. Todo está controlado”. A su alrededor, hombres y mujeres con chalecos naranjas revolotean asustados. Son cerca de las 22.30, una hora después del impacto bajo el agua.
La falta de información por parte de la oficialidad fue clara desde que se desató el pánico a bordo tras el gran ruido y el corte de electricidad que siguió a la colisión. La azafata mentía, o a su vez había sido engañada por la mentira del capitán Schettino, que tras el choque (a las 21.30) anunció por el micrófono desde la sala de mando: “Todo está bien, sólo es una falla eléctrica”. Mientras, los hombres de la Capitanía de Livorno, alertados por los familiares de algunos pasajeros, ya habían entendido que algo no estaba bien y enviaban a los guardacostas. Las personas a bordo no conocían la gravedad de la situación. Schettino avisó sobre lo acontecido recién a las 22.58: una hora y media más tarde del impacto activó la alarma de siete pitidos cortos y uno largo que avisa la emergencia. Durante ese tiempo, se perdieron momentos vitales para organizar la evacuación en forma tranquila y coordinada.