El Partido Socialista realizó ayer su Congreso Provincial Ordinario en la ciudad de Santa Fe, en el cual se trazaron los principales objetivos para el crecimiento de la fuerza y, además, se reafirmó el carácter opositor del socialismo en el plano nacional. Participaron 268 congresales de toda la provincia y el objetivo central fue trazar un diagnóstico de la realidad provincial y plantear propuestas para el desarrollo partidario. Además, se aprobaron los informes de la Junta Provincial, del Ejecutivo, de los legisladores y de los 20 intendentes y presidentes comunales del partido.
En el plano provincial, hubo un llamado a redoblar la militancia por cuestiones centrales para el gobierno de Antonio Bonfatti, como la reforma tributaria. También se planteó la necesidad de desarrollar el partido fuera de las dos grandes ciudades, a la vez que se hizo una autocrítica por la interna del año pasado (ver aparte). En cuanto al escenario nacional hubo fuertes discursos de las principales figuras del socialismo referidos al kirchnerismo, basados en los supuestos casos de corrupción que vienen denunciando todas las fuerzas políticas opositoras al gobierno nacional.
Perfil opositor
El ex gobernador y ex candidato presidencial por el Frente Amplio Progresista, Hermes Binner, continuó en su línea de posicionarse como referente de la oposición a nivel nacional. Comenzó su discurso trazando un diagnóstico basado en los aspectos más negativos del modelo K: “Argentina es el octavo país del mundo en superficie pero tenemos apenas 40 millones de habitantes. La realidad social de la Argentina muestra que hay 12 millones de pobres, un millón y medio de indigentes, 40 por ciento de trabajo no registrado, 24 por ciento de inflación, entre dos mil y tres mil millones de dólares que mes a mes se van del país, un millón de jóvenes que ni trabajan ni estudian y avanza por sobre todas las cosas la economía del delito”, sostuvo Binner.
El ex mandatario hizo hincapié en los “negocios” del kirchnerismo. “Sabemos que detrás del tema YPF hay un negociado –acusó–. Los mismos que hicieron negocios para vender YPF ahora hacen negocios para comprarla. Y sabemos que es muy difícil oponerse porque están manejando una agenda de un modo muy inteligente. Todos los días aparecen temas nuevos que tapan los anteriores. ¿Quién se acuerda hoy de las viviendas de las Madres (de Plaza de Mayo)? Ni siquiera a las Madres dejaron tranquilas. ¿Quién se acuerda del caso Schoklender? ¿Quién se acuerda de lo que ha pasado, hace pocos días, nada más y nada menos que con el vicepresidente de la Nación (Amado Boudou y su supuesta vinculación con la imprenta Ciccone)? Siguen mintiendo y los argentinos no tenemos la fuerza para doblegar tantas mentiras, pero tenemos que trabajar en ese sentido”.
El presidente del socialismo a nivel nacional, Rubén Giustiniani, se retrotrajo a la década del 90 para cuestionar al PJ por haber privatizado YPF. Esa mención le permitió concluir que “los que ayer privatizaron son los mismos que hoy estatizan: el mismo partido, las mismas personas”.
“Eran tiempos difíciles para el país con una hegemonía del menemismo que se llevaba todo por delante”, recordó el senador nacional. “Parecía imposible la construcción de una alternativa. Eran años de desregulación y privatizaciones. Por eso cuando se anunció desde el gobierno la recuperación, por parte del Estado, de YPF, no tuvimos ninguna duda de que era una decisión correcta porque en los 90 solamente dos diputados, en minoría y contra la corriente de aquel momento, se plantaron contra esa privatización: (los socialistas) Guillermo Estévez Boero y Alfredo Bravo”.
En el cierre de su discurso, Giustiniani cuestionó el “personalismo” kirchnerista. Puso como ejemplos de alternancia los casos de Brasil y Uruguay, en los cuales –a pesar de su alta popularidad– los ex presidentes Lula Da Silva y Tabaré Vázquez optaron por no forzar una reforma constitucional que les permitiese continuar en el poder sino que delegaron ese poder en dirigentes de sus propios espacios: Dilma Rousseff y Pepe Mujica. El senador socialista contrapuso a esos ejemplos los casos de Venezuela y la Argentina, aludiendo a la intención de algunos sectores kirchneristas que propician una reforma de la Carta Magna para que la presidenta Cristina Fernández pueda acceder, en 2015, a un tercer mandato.
El socialismo en la provincia
A su turno, el gobernador Bonfatti sostuvo: “Venimos como en una locomotora llevando adelante una gestión que se inició hace cuatro años y tenemos lo más importante: los proyectos y los equipos para llevarlos a cabo. Estos no son temas menores; los grandes fracasos que tuvieron muchas expresiones, de todo tipo, en gobiernos ejecutivos ha sido la falta de cuadros técnicos y políticos. En ese sentido, y a pesar de las dificultades y de la adversidad de la Legislatura (con ambas cámaras en poder del PJ), tenemos una gran fortaleza y pasión por lo que hacemos todos los días”.
Bonfatti hizo un llamado a los militantes de su partido a trabajar en cada localidad para apuntalar las políticas del Frente Progresista. Y puso especial énfasis en el proyecto de reforma tributaria que, por estos días, estudia el Senado: “Tenemos que hacer política para explicarles a los santafesinos qué significan las cosas que estamos llevando adelante desde las comunas, las intendencias y el gobierno provincial: qué significa la reforma tributaria que estamos pergeñando, porque los impuestos son la base esencial de la democracia pero esta no es cualquier reforma tributaria, sino la reforma tributaria más progresista de toda la historia de la provincia”.
Por su parte, el senador rosarino y secretario general del socialismo a nivel provincial, Miguel Lifschitz, recordó que 2012 es “un año muy especial” para su fuerza, ya que se cumplen 40 años de la fundación del Partido Socialista Popular y 10 años de la unificación con el Partido Socialista Democrático, de donde deriva la actual estructura partidaria. “Son dos hechos históricos, fundamentales para la historia política contemporánea de la Argentina y para la historia de la izquierda en nuestro país”, definió el ex intendente rosarino.
Entre los objetivos inmediatos del socialismo, Lifschitz enumeró: “Necesitamos crecer incorporando nuevos centros socialistas en toda la provincia. Tenemos actualmente 144 en el interior de la provincia, sin contar las dos grandes ciudades (Rosario y Santa Fe), pero hay más de 300 comunas y ciudades en la provincia. Tenemos que seguir creciendo cuantitativamente incorporando afiliados y militantes y recuperar la actividad de la afiliación como una actividad central y permanente”.
Como miembro informante de la comisión de Gestión Política, la ministra Mónica Bifarello hizo un repaso de los desafíos del partido en cuanto a las gestiones locales: avanzar en los mecanismos de participación ciudadana, continuar el proceso de reforma del Estado, descentralización y regionalización, “dar cuerpo a los nodos”, militar temas centrales para el gobierno como la reforma tributaria y “defender la gestión con los militantes en la calle”.