Un alumno de primer año de la escuela secundaria pública número 547, ubicada en Barra y Saavedra, en la zona sudoeste de la ciudad, falleció ayer a causa de un síndrome febril que hasta este martes aún no había sido identificado. En contacto con El Ciudadano, la directora de información en salud de la Secretaría de Salud Pública municipal, Analía Chumpitaz, explicó que tras el fallecimiento se realizó una autopsia al cuerpo del joven, de 15 años de edad, y los estudios fueron luego remitidos al instituto Maiztegui de Pergamino para confirmar el diagnóstico. El cuadro es compatible con hantavirus, leptospirosis o fiebre hemorrágica, aunque ninguna de esas enfermedades pudo ser comprobada hasta el momento.
De acuerdo a lo que pudo saber este medio, el joven falleció ayer a las 5 de la mañana a causa de un proceso infeccioso. La secretaria Chumpitaz manifestó que el muchacho había ingresado el lunes pasado a las 17 al hospital Víctor J. Vilela con un cuadro febril que ya tenía una evolución de 48 horas. “No evolucionó favorablemente y debió ser internado en terapia intensiva, donde no respondió a las medidas habituales y a la madrugada de ayer falleció”, expresó la funcionaria. Y remarcó que se tomaron todas las medidas de prevención en torno al grupo familiar del menor.
“Cuando se dan situaciones como estas en gente tan joven es triste, inesperado”, expresó con pesar Chumpitaz. Subrayó que se presentan de manera diaria posibles casos de este tipo en los efectores públicos de la ciudad, pero que eso lejos está de traducirse luego en confirmaciones concretas de una enfermedad grave. “Epidemiológicamente una muerte siempre es inesperada. Lo que uno aún menos espera es el fallecimiento de alguien tan joven”, insistió luego.
La directora de Información en Salud de la Secretaría de Salud descartó luego que exista un brote de este tipo de enfermedades. “Cuando se sobrepasan los casos esperados para una época y en un lugar determinado hablamos de un brote. Pero en este momento no estamos en esa situación, como para alarmar”, tranquilizó la funcionaria.
La súbita muerte del joven alumno (que el lunes había ido a cursar como todos los días) puso en alerta ayer a la comunidad educativa del colegio secundario 547, que comparte edifico con la primaria 1318. La primera institución cerró ayer sus puertas por duelo, pero la restante desarrolló sus actividades con normalidad aunque algunos padres expresaron sus temores respecto de que el fallecimiento estuviera vinculado a alguna condición contagiosa.
Sin embargo, Chumpitaz salió pedir tranquilidad y despejar temores de contagio o infecciones. “Se tomaron medidas territoriales preventivas y se realizó un bloqueo en la familia. Además, se desratizó la vivienda y los alrededores del lugar. En la escuela no deberían tomar ninguna medida, ya que las fumigaciones que se realizan alcanzan para frenar y controlar riesgos como éstos. Además, estas son enfermedades que no se trasmiten de persona a persona”, sostuvo la funcionaria.
Algunas autoridades del colegio repetían ayer “versiones” según las cuales la enfermedad contraída por el joven de 15 años es hantavirus. Pero en la institución fundaban sus dichos apenas “en las sospechas de la gente del barrio”. Al respecto, Chumpitaz recordó que ese mal se trasmite principalmente a través de la materia fecal de los roedores. “Por ejemplo, suele darse cuando se la levanta y, al respirar, ingresa sus partículas al cuerpo con la respiración”, explicó la funcionaria. En este sentido, recordó que en otoño la cantidad de roedores tiende a aumentar, por lo que llamó a “intensificar las medidas preventivas”.