Por Javier Hernández
Existen nombres propios e instituciones que, con solo nombrarlas, nos hacen florecer –mágicamente– un cúmulo de recuerdos atravesados por su peso histórico y connotativo: Cristián Hernández Larguía, Coro Estable Rosario (CER), Pro Musica (palabra sin tilde ya que proviene del latín), son ejemplos de cómo funciona una suerte de triada ilustrativa en el imaginario popular rosarino que se repetirá, concatenadamente, hasta el infinito. Y en dígitos, si se quiere, 90, 70, 50 –respectivamente– serán los años de cada cual en sintonía con el conjunto.
Con 90 años y una fuerza vital de menos de la mitad, Hernández Larguía, “el maestro”, recibió en su casa a El Ciudadano para dar lugar a una charla sin tiempo y que sirvió como excusa para revisar el pasado y tratar de entender el presente.
La historia del CER es apasionante. Fundado en 1942 su primer director fue Ricardo Engelbrecht, un alemán que, huyendo de la guerra y el nazismo que imperaba en Europa, se afincó –con su esposa judía– en la ciudad. “Existían algunos coros acá pero no duraban mucho y Alberto Muzzio decidió que debía haber uno estable. Así nace el Coro Estable”, contó el maestro Hernández Larguía. Y sobre la función que la institución cumplía en la sociedad de ese tiempo destacó: “Era muy importante porque acá había una gran influencia de origen italiano y español y lo que existía musicalmente eran óperas y zarzuelas”.
Cuando acaba el nazismo, Engelbrecht, “un hombre de amplio reconocimiento en Alemania”, volverá a su tierra, y Larguía asumirá interinamente ese puesto en el 46.
Bajo la batuta fundacional de Hernández Larguía, dieciséis años más tarde –mientras tanto–, germinará el Pro Musica cuya finalidad será la difusión de la música dela Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. “Nace como Coro de Cámara”, recordó el maestro.
Para celebrar sus bodas de Oro, el Pro Musica brindará este miércoles un concierto titulado Festival Händel (ver aparte).
—Usted es una especie de emblema de Rosario…
—Me hacés sentir una especie de reliquia histórica.
—¿Por qué y cómo nace el Pro Musica?
—Desde muy joven me interesaron los instrumentos y la música antigua. Son distintas influencias que tuve y que determinaron mi interés. En el 40 ya estaba interesado pero en esa época no existían acá muchos instrumentos. La flauta dulce, que hoy se usa en los colegios, en ese momento era una rareza. Recién después dela Segunda GuerraMundial comienzan a usarse en las escuelas e ingresan al país algunos profesionales. En ese momento vimos que se daban las cosas y comenzamos con un cuarteto de flautas dulces; una guitarra; un tambor de juguete; un instrumento africano que había traído una tía mía y dos chinchines de plata que una vez en Santa Fe nos robaron. Aparte del grupo vocal, con eso organizábamos los conciertos. De cualquier manera es muy importante destacar, ya que me lo preguntás, que me interesan todas las músicas que sean buenas sin importar su origen.
—Cuando entré a su departamento y observé la colección de discos que tiene pensé en las influencias. ¿Qué entra en su lista de “buena música”?
—¿Y no viste los que están acá? (señala otro inmenso mueble sobre el que se distingue una foto de su padre, además de esculturas de su abuelo y libros, muchos libros). Acá tengo Louis Armstrong, cosas de jazz y tango. Me gusta (Astor) Piazzolla a pesar que muchos tangueros digan que no es tango, yo me pregunto qué les importa si al final es una discusión puramente académica; para mí él es uno de los más grandes compositores argentinos.
—¿La gente lo saluda por la calle?
—Sí, en el barrio y en todos lados (risas). Tengo 90 años y llevo 66 de director de coro visible porque en realidad empecé antes. Cuando fui nombrado en el Coro Estable ya tenía algunos antecedentes como la formación de un coro de cámara y la dirección de dos coros dela Cultural Inglesa.
—¿Cómo era el escenario local en esos años?
—Te va a parecer un disparate lo que te voy a decir, pero en esa época Mozart era un autor desconocido en Rosario. (Johann Sebastian) Bach ni por asomo aparecía. El Coro Estable introdujo un repertorio totalmente desconocido comenzando con el Réquiem de Mozart. El primer concierto dedicado a obras de Bach fue en el 45 o 46.
—¿Cómo le gustaría ser recordado por la historia?
—Nunca jamás lo pensé. Es más, recuerdo haber estado en alguna reunión de amigos cuando se planteó el problema. Un colega tuyo me hizo una pregunta similar con respecto al futuro pero yo no me programo para el futuro sino que soy de dejarme llevar.
—“La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes” decía John Lennon…
—Yo por eso no hago planes, la dejo a la vida que siga adelante sola.
—¿Qué le dejó a nivel personal ser parte de estos coros? Porque usted se queda en Rosario por elección…
—Es cierto. Pero creo que se ha hecho un poco de literatura al respecto. Un poco es por elección pero también porque no me gusta moverme; me siento muy cómodo en la ciudad. Yo soy porteño pero digo que soy rosarino. 88 años viviendo acá me siento más rosarino que otra cosa. Además odio a los porteños porque son los que provocan el antifederalismo. El origen del antifederalismo está en Buenos Aires.
—Alterando una frase de Marx dijo que la política es “el opio de los pueblos”.
—Yo creo que la política es el opio de los pueblos y si vos no lo creés leé los diarios y mirá televisión. Nunca jamás estuve afiliado a un partido político, lo que no quiere decir que no me interese la política. Yo estuve preso por actividades antinazis enla Argentina. Meacuerdo que me iban pateando las canillas entre dos mientras me llevaban a la comisaría. La cultura enla Argentinano existe. Si cultura es el fútbol o lo populachero entonces sí, pero pensá cuántos intelectuales pasaron por Buenos Aires y no fueron recibidos oficialmente. No estoy contra el gobierno pero digo que no se puede hacer cultura con gente inculta.
Una velada para celebrar medio siglo de vida cultural
En el marco de sus Bodas de Oro, el Pro Musica Antiqua Rosario realizará un concierto que se presenta bajo el título “Festival Händel”, este miércoles, a partir de las 21, en el emblemático teatro El Círculo (Laprida y Mendoza).
Con la dirección general de Cristián Hernández Larguía y junto ala Orquesta Barrocadel Rosario, durante la velada se ejecutarán las obras “Música para los Reales Fuegos de Artificio” y la cantata “Oh! crudel, nel pianto mio” de Händel con la soprano Mara Scardino como invitada especial.
Asimismo se escuchará el “Concierto Número 1 para oboe y orquesta” de Haydn con la participación especial del rosarino Luis Giavón en oboe; e himnos de Coronación” de Händel para coro y orquesta.
Jóvenes y entusiastas
De la primera formación que integró el Pro Musica algunos continúan hasta hoy. “Éramos un grupo importante, no muchos, pero estábamos muy entusiasmados”, evocó Cristián y destacó: “No costó tanto armarlo porque eran todos amigos y más o menos teníamos las mismas tendencias. Uno era José Luís Bollea quien fue autor deLa Forestal(Crónica cantada estrenada en 1984)”, dijo Larguía quien en 2010 realizó un homenaje en su memoria con Aldo Antognazzi y Susana Rinesi.