Con mayoría de titulares, Lanús arrancó en buen ritmo solamente durante los quince minutos iniciales, en los que pretendió hacer sentir «el rigor» al ordenado conjunto visitante.
Sin embargo, el once “Granate” abusó del traslado de la pelota, no encontró la conducción en Sebastián Blanco (fue bien tomado por Víctor Ayala) y tuvo al punta Gonzalo Castillejos muy retrasado.
A medida que fue asentándose en el campo de juego, Libertad tomó el control del partido. Con solvencia en la zona defensiva, con circulación prolija y distribución en la mitad de la cancha y con la interesante labor de Miguel Samudio, el conjunto paraguayo empezó a inquietar a Agustín Marchesín.
Más allá de las variantes intentadas, Lanús no encontró los caminos, se repitió con los pelotazos al área, en donde se erigieron como baluartes tanto Pedro Sarabia (a pesar de algunas brusquedades que cometió) como Víctor Cáceres.
Por el contrario, la defensa de Lanús no mostró la seguridad pretendida y empezó a pagarlo caro a los 21m., cuando, después de un tiro libre desde el costado derecho, el delantero Rodolfo Gamarra tocó suave hacia la red.
Y sobre los 29m., Libertad aplicó el `golpe de nocaut`, después de una grosera equivocación de Jadson Viera, quien calculó mal en un rechazo y se la dejó servida a Pablo Velázquez, quien definió a placer.
De allí hasta el final, a pesar de las entradas de Santiago Salcedo y Cristian Menéndez, el equipo local no tuvo profundidad y casi ni inquietó a la valla rival.
