Dos hermanos de 25 y 24 años fueron asesinados ayer por la tarde en un descampado del barrio Ciudad Oculta, ubicado en la zona norte, cuando intentaron impedir que un grupo de desconocidos le robara la tropilla de caballos, que es utilizada por las víctimas y su familia para recolectar hierros. Según fuentes policiales, el homicida está identificado, tiene entre 18 y 20 años y vive en la zona.
“Alrededor de las 15, el hermanito de 14 años llegó corriendo a la casa que queda a unas cuadras para avisarles a los chicos (por los fallecidos, identificados como Ramón “Piqui” Acosta, de 25 años, y Marcelo Acosta, de 24 años y conocido como Cacu) que unos tipos le pusieron un revólver en la cabeza para robarles los caballos. Ellos tienen una tropilla porque trabajan con el padre en una fábrica adonde separan hierro”, describió una vecina mientras otros habitantes del barrio agregaban que los homicidas forman parte de un cuarteto de ladrones que habitan en la zona.
“Los hermanos salieron de su vivienda y fueron hasta el descampado para recuperarlos a eso de las 15 pero después no tuvimos novedades hasta dos horas más tarde, cuando nos avisaron que estaban muertos en el medio del lugar”, contó la tía de los fallecidos anoche a El Ciudadano, quien estaba en compañía de allegados y amigos de las víctimas fatales.
Según fuentes policiales, el hallazgo de los cadáveres de los hermanos ocurrió alrededor de las 17 en un descampado a la altura de Blomberg al 3400. “A pesar de que estamos en plena etapa investigativa se puede decir que, en un primer examen, el médico forense determinó que el mayor de los hermanos, de nombre Ramón y apodado Piqui, presentaba un disparo por la espalda, mientras que al cuerpo de Marcelo o Cacu, de 24 años, sólo se pudo verificar un fuerte golpe en su rostro. No podemos asegurar que este traumatismo fuera el causante de la muerte de Marcelo, quien fue encontrado recostado sobre un claro de tierra que hay en el predio, a poco metros de su hermano más grande, quien estaba boca arriba”, indicó un vocero, para luego aclarar que no descartaban ninguna hipótesis hasta terminar de recolectar los testimonios de vecinos.