La familia de un ferroviario que debía declarar hoy en el juicio por el crimen del militante del PO Mariano Ferreyra, asesinado durante una protesta de tercerizados, denunció su desaparición desde la noche de ayer.
Se trata de Alfonso Severo quien según su familia habló anoche con su nuera y le dijo que pasaría por su casa para visitar a su nieto. Desde entonces no se sabe nada de él.
«Anoche habló con la mamá de mi hijo, que había sido operado, y le dijo que lo iría a visitar y lo mismo le dijo a mi mamá. Eran las diez y media. Nunca llegó a destino y desde las once que llamamos a su celular y da directamente el contestador», contó Gastón, hijo del testigo, según informa el sitio Plazademayo.com. El mismo medio asegura que el ministerio de Seguridad ya lanzó su búsqueda.
Severo partió de su hogar a bordo de un Renault Clío negro placa HGA-137. «Recorrimos hospitales e hicimos denuncias en las comisarías 4° y 6° de Avellaneda, incluso recorrimos con un patrullero el trayecto hasta la casa de mi hijo para ver si había algún rastro, pero no encontramos nada -continúa Gastón-. A la tarde lo habían llamado al celular y se escuchaba el sonido de la tele y de una radio, según me contó. ‘¿Qué se piensan, que me van a intimidar?’, me dijo «, insistió Gastón.
El hijo del testigo señaló en un diálogo con el canal TN que su papá «hacía varios días que recibía amenazas telefónicas». «Nos llamaban y nos hacían escuchar la televisión», detalló. Además, relató que les «tirotearon la casa» por lo que recibió custodia en la puerta de su domicilio durante seis meses.
Dijo también que su padre empezó a hablar porque conocía «a toda la gente que estuvo el día del crimen». Severo debía declarar este mediodía en el juicio por el caso Ferreyra, donde se acusa a miembros de la Unión Ferroviaria de asesinar al militante del PO durante una protesta de tercerizados en octubre de 2010.
Entre los acusados están José Pedraza, líder de la UF, y otros 16 sindicalistas, barrabravas y policías. El testimonio de Severo prometía esclarecer los vínculos entre el jefe sindical y la «patota de Constitución».