La justicia rosarina investiga si en la agenda del teléfono secuestrado a un joven detenido el lunes por un tiroteo había contactos de policías, en el marco de la causa por la que ayer fueron imputados por ocultamiento de pruebas los jefes del Comando Radioeléctrico de la localidad santafesina de Pérez y el segundo de la subcomisaría 18º.
Los tres jefes policiales, que permanecen detenidos, están involucrados en un confuso episodio en el que al parecer intentaron hacer desaparecer el teléfono de un detenido para omitir su existencia en el acta preventiva, lo que fue denunciado por un cabo de la mencionada subcomisaría.
El fiscal a cargo de la causa, Carlos Covani, reveló que durante la discusión ocurrida el lunes por la noche en la seccional de Pérez, el jefe del Comando de la vecina localidad, Juan Carlos Claverol Giménez, y el subjefe Roberto Sandoval, le dijeron al cabo Pedro Cina, que estaba confeccionando el acta: «El teléfono hay que desaparecerlo, no te metás».
El fiscal dijo que el aparato de telefonía celular será sometido a pericias esta semana para determinar si en su agenda estaban incluidos los números de los jefes del ComandoRadioeléctrico, sobre quienes pesa la sospecha de proteger a delincuentes.
Los investigadores intentan determinar si los jefes del Comando ofrecían protección a un grupo delictivo que actuaba en la zona, razón por la que quisieron evitar que el teléfono de un detenido por un tiroteo quedara asentado como elemento de prueba en el caso.
Eso fue lo que denunció el cabo Cina en la División Asuntos Judiciales de la policía de Rosario, donde entregó el teléfono, dijeron.
Todo comenzó el lunes por la noche cuando una mujer denunció que en la calle Jacarandá al 700 de la ciudad de Pérez, dos grupos se habían enfrentados y se escucharon detonaciones de arma de fuego.
Un patrullero de la subcomisaría 18º llegó al lugar y tras entrevistarse con la denunciante pidió refuerzos al Comando Radioeléctrico, junto a quienes detuvo a un joven de 19 años, un menor de 16 y una chica de 12.
Asimismo, agregaron que como consecuencia de un nuevo llamado, los uniformados fueron alertados que el otro grupo que había participado del tiroteo circulaba en un auto Volkswagen oscuro, que fue detenido más tarde con tres ocupantes varones, de 31, 28 y 19 años.
Según los investigadores, al primer grupo se le secuestró un revólver calibre .32 que estaba en poder del joven de 19 años.
El fiscal Covani explicó que «cuando personal del Comando estaba haciendo el acta en relación a ese segundo procedimiento, un agente de la subcomisaría que participó en el primer procedimiento tomó un teléfono celular que estaba en poder del segundo grupo».
Según contó el representante del Ministerio Público, el agente «revisó la agenda de contactos y allí -dice- descubrió datos de policías».
«Fue entonces que los del Comando le responden que hay que hacer desaparecer el teléfono y que no se metiera en problemas», dijo Covani en declaraciones radiales.
Tras una discusión en la comisaría, el cabo Cina tomó el teléfono y lo entregó en la División Judiciales, que fue la que inició la causa en el juzgado de instrucción a cargo de Mónica Lamperti.