Luego del paro nacional de 24 horas de la CGT Azopardo, el senador nacional del Frente para la Victoria Aníbal Fernández comparó al camionero Hugo Moyano con el ex líder cegetista asesinado Augusto Timoteo Vandor y lo acusó de «traidor» al kirchnerismo.
«No soy alcahuete de nadie, pero si me pone a elegir prefiero ser alcahuete de quien votó la mayoría del pueblo argentino», dijo al justificar los duros cruces que mantuvo este martes por Twitter con los voceros del Sindicato de Choferes de Camiones. «A mí me da pena cuando hombres que han sido luchadores históricos se dan vuelta, por sabe Dios qué razones non sanctas y aparecen haciendo estos papelones como Augusto Timoteo Moyano, esos gestos de traidores y alcahuetes dan vergüenza ajena», completó.
«Cuando las organizaciones sociales se manifiestan puede no gustarme a mí, pero está garantizado el derecho a huelga», dijo el legislador al evaluar la protesta con piquetes. «Lo que ha sucedido ayer nada tiene que ver con eso: los aprietes, bajar gente de los colectivos, apretar a los taxistas, a la gente que trabaja en los negocios, no habla bien de la situación», advirtió.
Asimismo, Fernández expresó su rechazo a los ataques perpetrados por supuestos sindicalistas gastronómicos de Luis Barrionuevo a media docena de confiterías del centro porteño y otras localidades del conurbano. «No estoy de acuerdo con que entren a los bares o a los negocios o bajen a la gente del colectivo», sentenció.
«Contratar a gente que haga la tarea sucia de presionar a quien tiene que llegar a su empleo es una locura. Desapruebo todo lo que sucedió en esos términos», continuó en declaraciones a Radio Mitre.
Para el exjefe de Gabinente, detrás de la huelga sindical hubo motivaciones políticas. «Creo con el alma que (Héctor) Magnetto es el jefe de Moyano», expresó y reiteró la comparación con el exjefe de la CGT «Azopardo», de 1968, para rechazar los bloqueos a la prensa. «Cuando ‘Augusto Timoteo Moyano’ presionaba a las plantas de Clarín, yo nunca dije que estuviera bien. Nosotros del piquete no nos quejamos» «, sostuvo.
Vandor nació en 1923, fue suboficial de la Armada y dirigente metalúrgico. Retirado con el cargo de cabo primero, ingresó en una fábrica de Saavedra donde dio sus primeros pasos en el gremialismo. Bajo el gobierno de Arturo Frondizi, Vandor llegó a la secretaría general de la UOM y luego a la jefatura de la CGT Azopardo, con la promesa de encarar un «peronismo sin Perón». Enfrente, quedaron la CGT de los Argentinos y decenas de grupos revolucionarios peronistas que le impregnaron el mote de «traidor» por su disposición a «negociar» con gobiernos de facto y empresarios. Vandor murió asesinado con cinco disparos en un ataque en su oficina de la UOM, de la calle La Rioja 1900.
El mismo calificativo de «traidor» le impregnó la Juventud Peronista al exvicepresidente Julio César Cleto Cobos, cuando definió la votación por la ley que regulaba las retenciones al campo en contra del gobierno de Cristina de Kirchner. Así, lo reflejaron las pintadas callejaras con aerosol los días posteriores al desempate en el Senado, del 17 de julio de 2008.