Ayer a la tarde, cuando el fin de semana más largo del año llegaba a su fin, todo parecía tornarse caótico. Los autos se amontonaban en la Circunvalación y en los ingresos de las autopistas a Córdoba y Buenos Aires, y en el puente Rosario-Victoria. Todos querían llegar, pero la cantidad de vehículos hacía que el ingreso a Rosario se hiciera casi a paso de hombre.
En tanto, en la Terminal de Ómnibus los viajeros esperaban con incertidumbre. Es que el regreso a casa no era tan seguro si el destino había sido Buenos Aires. Las complicaciones por las inundaciones que devastaron la zona norte de la Capital Federal y algunas localidades aledañas determinaron que el tránsito por la autopista se hiciera muy lento y que todo se retrasara al menos por un par de horas. “Estamos saliendo con retraso”, esa fue la respuesta que obtuvo El Ciudadano en varias de las ventanillas de las empresas que viajan a Buenos Aires. Y la razón había que buscarla en el temporal, aunque no podía precisar el tiempo de ese retraso, que algunos estimaban un par de horas.
Pero para aquellos que habían decidido pasar la Pascua en la costa atlántica, la situación era más que compleja. La Agencia Nacional de Seguridad Vial informó que por el peaje de Samborombón de la autovía 2 circulaban rumbo a Capital Federal 2220 vehículos por hora.