“Señora presidente queremos que nos escuche”, rezaba el grupo 18A Rosario en la red social Facebook. Con ese objetivo un gran sector de la ciudad se acercó anoche al Monumento a la Bandera para hacerse oír. Los reclamos estuvieron centralizados en contra del gobierno de Cristina Kirchner; se pudo apreciar que la coyuntura política caló hondo en la multitud que hizo sonar sus cacerolas: la corrupción y los proyectos del Ejecutivo para reformar la Justicia estuvieron al tope de las pancartas que exhibieron los rosarinos para mostrar su descontento ante la administración nacional.
Aplausos, repiqueteo de metal, sirenas y hasta artículos de cotillón adornaron la ruidosa protesta callejera. Un láser reflejó en una de las fachadas del Monumento las siglas de la convocatoria, 18A, y los presentes estallaron en aplausos.
“No a la fábrica de Oyarbides”, era la pancarta que portaban dos muchachas de unos 25 años en referencia al juez nacional, sindicado como cercano al gobierno. La composición de la multitud era heterogénea y recorría todas las edades: niños, jóvenes, adultos y personas mayores. “Mil perdones por votar corruptos y ladrones”, decía la leyenda de un votante arrepentido. Automovilistas que circulaban por avenida Belgrano se sumaron tocando bocina.
“Basta de Korrupción”
Las personas con las que pudo dialogar El Ciudadano admitían haber estado en las manifestaciones anteriores; todos se reconocieron partícipes del 8N. Gerardo, de unos 60 años, se quejó de la “carga impositiva” con la que lo “agobiaba” el gobierno nacional y que a pesar de ese aporte “no hay obras demostrables”. Destacó la “corrupción” como el signo más visible del Ejecutivo nacional.
Luis, quien vino desde la ciudad de San Nicolás para expresar su descontento, sostuvo que “este tipo de manifestaciones sirve”, aunque no se mostró muy optimista de que el gobierno escuche el mensaje del 18A: “Van a tratar de minimizarlo”. A Luis le preocupa su futuro, está próximo a jubilarse y duda que el aporte de toda una vida de trabajo se pierda por “las políticas de este gobierno”.
María Eugenia, una joven de 24 años, se refirió a la investigación del periodista Jorge Lanata y la presunta trama de lavado de dinero que vincularía al empresario kirchnerista Lázaro Báez. “El gobierno no se preocupa por si es cierto lo que se denuncia, sino que descalifica a la persona que lo dice”, agregó visiblemente molesta. Criticó el estado de la seguridad en el país y fustigó que el gobierno “se encierre en sí mismo y quiera tener todo el poder”.
“Pretenden llevarse todo por delante”, dijo Laura, una mamá que concurrió junto a Nicolás, su hijo adolescente. “Estamos cansados, no dialogan, no escuchan a la oposición y ahora quieren avanzar contra la Justicia”, espetó mientras no dejaba de aplaudir.
El Himno nacional, coreado por la multitud, ofició de cierre. El 18A rosarino, que logró repetir e incluso incrementar la convocatoria anterior, cargó las tintas contra el gobierno nacional alivianando la carga de los reclamos para las administraciones de la provincia y la Municipalidad.