De pie señores, acá está el Newell’s de Martino. Un lujo para los ojos, un equipo de enorme jerarquía que en medio de las supuestas presiones sacó a relucir su clase y con una cátedra de fútbol vapuleó a Unión 5-0 para quedar ahí, a un pasito de un título que ya le fue dos veces esquivo, pero esta vez parece no resistirse a tanta seducción.
El triunfo de River intentó ponerlo en aprietos al equipo del Tata. El Millo había alcanzado a la Lepra en la cima y muchos presagiaron lo peor. Pero lejos de ponerse nervioso, el elenco rojinegro salió a la cancha con su habitual libreto para despejar fantasmas y sacar chapa de candidato. Tardó un rato en destrabar el pleito. Unión bancó la parada mientras la placa lo tenía empardado. Y entre las imprecisiones de Tonso y un Scocco que no parecía iluminado el 0-0 se mantuvo media hora.
Todo duró hasta que la Lepra decidió marcar diferencias y sacó a relucir la jerarquía de Maxi Rodríguez, Lucas Bernardi y compañía. Y paradójicamente, el equipo de Tata que apuesta todo al juego asociado, terminó destrabando el partido de pelota parada.
Un tiro de afuera de Pablo Pérez, un mano a mano que inexplicablemente falló Scocco y una media vuelta de Maxi que devolvió Limia fue el preludio. El principio del fin. Córner de Figueroa, cabezazo bombeado de la Fiera, y delirio en el Parque. De ahí en más, sólo quedaba saber cuántos goles de diferencia habría. Y fueron muchos. El segundo fue de Nacho, tras un primer remate fallido, pero con rebote de goleador para llegar a 24 en la temporada. Luego hubo otro de pelota parada, el primero de Heinze con la rojinegra. En medio de los lujos, hubo tiempo para un golazo, esta vez sí concebido como le gusta al Tata. Toques de un lado a otro y una pared final entre Maxi y Nacho para una definición exquisita de Rodríguez. Y la frutilla del postre la tuvo Urruti.
El final fue a pura fiesta. Con los hinchas aplaudiendo de pie una exhibición de fútbol. Y con el equipo dejando en claro en la cancha que tiene chapa de campeón.