Volvió por un sueño y lo cumplió. Hace un año Maxi Rodríguez dejó atrás un contrato millonario en Liverpool para regresar al Parque a ayudar a su Newell’s a salir de una difícil situación, pero a pesar de que muchos lo tildaron de loco, su verdadero objetivo era salir campeón, una cuenta pendiente que pudo saldar. “Soy muy feliz”, confió en diálogo con el programa Sello de Fútbol.
—Volviste y dijiste “cambiaría haber jugado en los Mundiales por ser campeón con Newell’s”, ¿qué sentís siendo campeón?
—Es complicado cumplir los sueños, no siempre la vida te da la oportunidad. El mío era salir campeón con Newell’s. Y lo logré. Sé que soy un afortunado por tener esa dicha.
—¿Cuándo sentiste que se podía dar esta vez?
—Cuando le ganamos a Racing (4-3 en el Parque con un gol suyo en tiempo adicional) sentí que podíamos lograr el campeonato. Fue un partido raro. Ganábamos 2-0 y pensaba “por fin un triunfo tranquilo”. Después nos empataron dos veces y se complicó. Por eso cuando anoté el gol entendí que podíamos conseguir el título.
—¿Había nervios a medida que se acercaba la chance de ser campeón?
—Los últimos tres o cuatro partidos no se pasaban más. La ansiedad era enorme. Había nervios y ganas de que se termine todo de una vez. Pero sabíamos que si le ganábamos a Rafaela el campeonato no se nos escapaba. Por eso ese día lo festejamos tanto.
—Y el festejo fue raro, mirando otro partido y al rato jugar por la Copa Argentina…
—Fue raro, es cierto. La imagen que tengo es el Tata con el televisor tratando de mostrarnos un video y nosotros llorando abrazados arriba de las sillas. Jugar ese partido no tenía sentido después de la emoción que sentíamos.
—¿Cómo vivieron la llegada a Rosario ese miércoles y la gente que reventó las calles para esperarlos?
—Heinze me dijo que no podía creer lo de la gente en los festejos, sinceramente, yo tampoco podía creerlo. Me habían avisado cuando volvíamos de Chaco que había mucha gente en el aeropuerto, pero cuando bajamos y vimos eso… nos emocionamos todos. Fue impresionante toda la caravana. No queríamos que se termine nunca.
—¿Hubo algo que te sorprendió?
—Lo que más me sorprendió es que la gente no me decía “dale campeón”, la gente me decía “gracias”. Todavía hoy me paran en la calle para agradecerme. Recibí muchas cartas. Fue muy movilizador lo que vivimos.
—Seguro que ahora podés decir tranquilo “hice bien en regresar”.
—Cuando decidí volver, muchas personas me llamaron para decirme que estaba loco. Tenía un contrato en Liverpool y muchas ofertas en Europa. Esas mismas personas cuando salimos campeones me llamaron para felicitarme y muchos me dijeron “valió la pena”, disfrutalo.
—Poder dar la vuelta con las nenas y tu mujer debe haber sido muy movilizante…
—Siempre me apoyé en mi familia a la hora de tomar una decisión. Cuando pensé en volver mi mujer me dijo “si te parece bien, lo hacemos”. A la hora de festejar el título hay mucho que les debo a ellas y fue muy emocionante compartir la vuelta.
—En el torneo pasado no estabas en tu mejor nivel, ¿ni siquiera en ese momento te arrepentiste de volver?
—Los objetivos se logran siendo competitivo uno mismo. En el torneo anterior no andaba bien, estaba molesto con mi juego, me sentía incómodo y fastidioso dentro de la cancha. Lo hablé con el Tata y me dijo “quédate tranquilo, ya vas a demostrar toda tu jerarquía”. Tenía razón.
—Ya lograron el título, ¿se puede extender el sueño a la Libertadores?
—¿Por qué no? Al menos vamos a intentarlo. Creo que los cuatro equipos tienen posibilidades. Y estoy seguro que con Mineiro se define en Brasil. Acá sería importante ganar, el resultado es lo de menos. Si conseguimos un triunfo en casa vamos a estar cerca de la final.
—Tuviste ofertas de España y Santos, ¿lo pensás?
—Mi decisión al volver fue terminar mi carrera en Newell’s. Nada lo va a cambiar.