El ingeniero coordinador del equipo de rescatistas, Miguel Fortt, descartó hoy que haya peligro de derrumbe durante el proceso de rescate de los 33 mineros atrapados en la mina de San José y explicó que van a salir de una «campana» debidamente «diseñada para una extracción vertical segura».
También explicó que el equipo se encuentra en la fase de pruebas para evaluar el tiempo que demora cada extracción con la campana terminada.
La relevancia de esta etapa del proceso de diseño -explica el ingeniero que participó en 16 rescates de este tipo en varios países del mundo, entre ellos Australia y Ecuador- es que determinará «cuántos dispositivos serán necesarios, cuánto nos demoraremos y en qué condiciones se deberá realizar la extracción».
El bajo riesgo de la operación -explica el ingeniero aludiendo a posibles derrumbes e inundaciones- se vincula a que toda operación de perforación genera volúmenes de material que en este caso está debidamente calculado, y que los mineros irán retirando en coordinación y por instrucción de la gente de la superficie.
En el caso de la máquina Stratta-950, «ellos se replegarán hacia otro lugar y ese material que cae (un barro muy licuado) va pendiente abajo y se acondicionan abajo de la lámina».
Una vez que el ducto esté en función operativa (cuando esté completa la chimenea para hacer la extracción vertical) van a bajar los rescatistas más experimentados con las fichas médicas y ellos definirán quiénes accederán primero a la campana para iniciar el trayecto que -calculan- demorará entre 40 y 45 minutos, hasta la superficie.
Las campanas deben permitir la protección de la caída de cualquier partícula, además de proveer iluminación, comunicación y oxígeno de modo que el extenso trayecto de «la subida sea lo más seguro y tranquilizador posible».
También ya está lista -explicó el ingeniero- la plataforma para la instalación de la otra perforadora T-130 que hará otro ducto de extracción.
«Nunca en un rescate se debe operar sobre una sola alternativa. Estas deben ser dos o más», concluyó.