Hace cuatro meses, un juez de Menores condenó a una adolescente de Venado Tuerto por el asesinato de su padre. El hombre fue degollado el 18 de diciembre de 2020 dentro de su casa por el novio de su hija, quien tenía 16 años cuando presenció el feroz ataque contra su progenitor. Desde entonces se encuentra presa y en la sentencia se la declaró coautora de homicidio calificado por el vínculo. El fallo fue apelado en un escrito que exige la absolución de la menor y la nulidad del proceso por tratarse de una resolución “sin perspectiva de género”.
Para las abogadas Carolina Walker Torres y Agustina Taboada, el crimen debe ser entendido como un femicidio vinculado ya que la adolescente era abusada, golpeada y amenazada por su novio, con lo que deducen que el muchacho mató a su padre para causarle más sufrimiento. De acuerdo a ese planteo Milagros no fue cómplice de su pareja –Alejandro Romero– sino víctima de violencia de género.
En ese sentido las defensoras de Milagros –quien ya cumplió 17 años y se encuentra detenida en Rosario– el juez Benjamín Revori la condenó sin tener en cuenta el hostigamiento y la violencia psicológica a la que estaba sometida y para ello la tildó de “fabuladora y manipuladora”. La audiencia de apelación está fijada para el próximo 14 de marzo en la Cámara de Venado Tuerto.
En distintas declaraciones, la abogada Carolina Walker Torres resaltó que Milagros no fue escuchada por el juez de Menores: “Ella lo denunció a él y nunca le tomaron una Cámara Gesell. Sólo hay una declaración que la vincula que es de una amiga de Romero, y que es para beneficiarlo”.
En ese sentido, la abogada recordó que el día que Romero asesinó al papá de su novia, Osmar, una vecina escuchó los gritos de Milagros pidiendo ayuda y los golpes de la adolescente en las paredes pero pensó que era una pelea. Ese día Romero esperó que su suegro llegue del trabajo, se escondió en el baño y cuando el hombre entró lo degolló con un cuchillo.
“Si un juez la escucha cinco minutos, esta nena no puede estar presa. Pero el juez no le creyó nunca, porque estaba rara en el velorio y era rebelde. Y sí, era una adolescente de 16 años a la que le habían matado al padre”, expresó la abogada, quien asegura que Milagros tenía una relación de mucho apego con su padre pero estaba “amenazada” por su novio.
La falta de perspectiva de género en el fallo del juez Revori es uno de los puntos por lo que las abogadas pedirán la nulidad del proceso y la absolución de Milagros.
Según explicaron, el magistrado realizó una interpretación sesgada de la declaración de la menor y no tuvo en cuenta sus manifestaciones sobre violencia y amenazas sufridas en su relación de pareja previa al homicidio.
Al respecto mencionan una suerte de ensañamiento del juez con la adolescente porque en su fallo tilda a Milagros como “fatalmente mendaz” e interpreta que “el supuesto temor insuperable o paralizante derivado de amenazas no era tal”.
Para el juez, si Milagros “hubiera querido salvar la vida de su padre tenía capacidad y voluntad para sobreponerse a cualquier hipotética amenaza”.
Derechos menores
Las abogadas de Milagros aseguran que la joven, por ser menor, tiene menos derecho a la defensa que un adulto. Y que su caso es otro ejemplo que expone la necesidad de modificar el Código Procesal Penal de Menores, una deuda pendiente en la Justicia argentina. No obstante, las abogadas dijeron que hay un montón de leyes que sí están vigentes en la Argentina y que en este caso se están vulnerando. Por eso apelaron el fallo y exigirán que se reconozcan los derechos de niños, niñas y adolescentes vigentes en nuestro país desde el año 1989 e incorporados desde 1994 a la Constitución Nacional. “Letra muerta. Niña muerta, diría yo”, escribió con indignación la abogada Carolina Walker Torres en su cuenta de Facebook, donde aclara que Milagros, además de ser víctima del “femicida” de su novio, también quedó sometida al Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Venado Tuerto por ser “el más atrasado en género y delitos sexuales de la provincia de Santa Fe”, y de un juez de Menores “violento y vetusto que claramente debe volverse a su casa”.
