Los datos que se dieron a conocer hace algunos días sobre empleo del tercer trimestre en Argentina ratificaron la baja en los índices de desocupación y una expansión en la ocupación. Más allá de este indicador positivo, el informe oficial dejó en claro que esa mejora sigue siendo impulsada por el trabajo informal, sector que en lo que va del año acumuló un aumento salarial 18 puntos por debajo de los privados. El mercado se expande, el empleo avanza, pero el problema sigue siendo el ingreso.
Tanto en los 31 aglomerados urbanos que mide el Indec como en el relevamiento sobre Gran Rosario, el desempleo cedió en la medición interanual al 7,1% y al 6% respectivamente. En este último caso significó una baja de casi 2 puntos, respecto al mismo período de 2021. Incluso los números de ocupación demandante de empleo o de subocupación, también tuvieron una baja considerable. Un crecimiento de ambos podría indicar que hay cada vez más gente con trabajo pero con la necesidad de buscar otro.
Pero el dato que pone blanco sobre negro en esta situación tiene que ver con el tipo de empleo que impulsó o profundizó la mejora que viene arrastrando el mercado laboral. Mientras que de un año a otro el trabajo con descuento jubilatorio, es decir el registrado, verificó una caída de más de 4 puntos, el empleo no registrado, o sin descuento jubilatorio, tuvo una suba de la misma magnitud.
Esa tendencia se acentúa al revisar los datos, incluso más atrás. Desde el tercer trimestre de 2020 a esta parte, el empleo formal (con descuento jubilatorio) mostró constantes altibajos, con un pico a fines de 2021, pero registró una fuerte caída en los últimos dos trimestres. A contramano de esta evolución, los informales (sin descuento) no pararon de crecer durante ese período. En el tercer trimestre de 2020 representaban al 28,7% de los relevados por Indec. En el mismo trimestre de este año representaban al 37,4%.
Más allá de los cálculos o apreciaciones que se puedan hacer sobre el nivel de ingresos en registrados o no registrados, es el propio Indec el que expone habitualmente esos datos. Según la última actualización del índice de salarios (correspondiente a octubre), la variación salarial acumulada de los registrados fue del 72,7%, mientras que la de los no registrados fue del 54,6%. En tanto, la variación interanual en el noveno mes del año mantuvo una tendencia similar, fue de 82,7% y 70,7% respectivamente.
La importante reducción del desempleo queda algo opacada por los datos que contempla el relevamiento. Si bien resulta destacable la rápida recuperación posterior a la pandemia, es atendible que un importante caudal de esos trabajadores que impulsan la mejora, perciben ingresos que se encuentran muy lejos de la evolución inflacionaria.
Entre los datos positivos se puede reparar particularmente en el análisis sobre empleo y actividad, que tuvieron una mejora de 0,9 y 1,3 puntos porcentuales frente a 2021 respectivamente.
Uno de los fenómenos que se destacan en este último relevamiento del Indec es que, al igual que en el trimestre anterior, se mantiene la incorporación de mujeres al mercado de trabajo. Para este caso se dio un crecimiento de 2 puntos porcentuales de menores de 29 años y de 1,5 de mayores de 30.
En este caso se mantiene una cuestión que explicó anteriormente a este diario la politóloga de la UNR, Paula Durán, quien señaló que hay más mujeres que se incorporaron al mercado de trabajo en este último año, y ese factor también explica el aumento del empleo.
Otro dato que ratifica el aumento de la informalidad tiene que ver con la categorización que hace el Indec en su informe. Al igual que el trimestre previo, para este hubo un incremento interanual en el empleo “no calificado” (del 7,9% al 8,3%) mientras que los “profesionales y “técnicos” mostraron caídas.
Sobre el tema hace referencia constantemente el director regional del Ministerio de Trabajo, Cristina Recchio, quien considera que uno de los objetivos de Nación y provincia está puesto en acelerar las capacitaciones en oficios a través de programas de formación estatal. Aunque reconoce que será un proceso que requiere tiempo y continuidad
Otra particularidad que aportó este último informe del organismo estatal, tiene que ver con que buena parte de la generación de empleo se dio en el sector privado, y no en el público, donde de hecho se verificó una caída interanual, desestimando la idea de que el crecimiento de puestos laborales están asociados a la esfera pública.
Detrás de los datos positivos, queda la misma certeza, el dilema en Argentina no tiene que ver con cuestiones ocupacionales, sino con un problema de ingresos y redistribución. Mientras la actividad económica extiende su recuperación y empresas líderes en el mercado mejoran sus rentabilidades, lo que se retrae es el costo salarial (https://www.elciudadanoweb.com/mas-ganancias-menos-sueldos-empresas-lideres-la-siguieron-juntando-con-pala-en-el-primer-semestre/)
Los datos ratifican que el problema sigue vinculado a la pérdida de poder adquisitivo y no tanto a la oferta de trabajo. Más allá de la leve baja en los datos de inflación, el dato mensual sigue siendo y seguirá siendo alto, y si bien la tasa de empleo sigue subiendo, aún no es suficiente para cubrir necesidades básicas.
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