Política

Contra el ajuste

El Grito de la Universidad: multitudinaria marcha al Monumento a la Bandera en defensa de la educación

Docentes, alumnos, no docentes y directivos de la UNR comenzaron a llenar el espacio junto a infinidad de organizaciones de diferentes extracciones contra el anunciado veto de Milei a la nueva ley de Presupuesto Universitario


Fotos: Juan José García

 

Una gran y diversa columna continuaba marchando hacia el Monumento a la Bandera antes de las 19 de este miércoles desde la plaza Montenegro, donde decenas de agrupaciones todavía permanecían para incorporarse mientras la cabeza de la manifestación ya había llegado al lugar donde tendría lugar el acto central. Así transcurría la réplica en Rosario de la movilización nacional en defensa de la universidad pública, de la educación pública en conjunto y contra el  el anunciado veto del presidente Javier Milei a la ley aprobada por el Congreso nacional para aumentar el presupuesto de las casas de estudios superiores, uno de los sectores, junto a la ciencia y la investigación, sobre los que recayó el programa fiscal del gobierno de La Libertad Avanza. La motosierra y la licuadora, cuyo uso no alcanza a los acreedores externos ni a los bonistas que adquirieron papeles de deuda, ni tampoco a las empresas de servicios públicos indispensables como agua, luz y gas, y paradójicamente tampoco a los ricos más ricos de la Argentina, sobre los que se rebajó el Impuesto a los Bienes Personales, formaron el contexto que caracterizó a la movilización a nivel local: se movieron las víctimas reales. Jubilados, trabajadores en actividad, del Estado y privados, pequeños comerciantes, profesionales se integraron a la movida local, que a escala nacional fue convocada por la comunidad educativa y el área de influencia de cada casa de estudios, con epicentro nacional tiene lugar frente al Parlamento.

 

 

En Rosario la presencia tenía como organizadores a los gremios de Docentes e Investigadores de la UNR (Coad), de No Docentes (Apur), a las y los alumnos con sus centros de estudiantes y la Federación Universitaria de Rosario, y a directivos de la propia Universidad Nacional de Rosario, entre ellos el rector Franco Bartolacci.

Pero además sumaba a organizaciones de jubilados y pensionados, perjudicados en forma directa por el primer veto total de Milei, que derribó una exigua recomposición por alterar el “equilibrio fiscal”, acción que luego celebró con un pantagruélico asado para agasajar a los “87 héroes” que acompañaron la decisión en la Cámara de Diputados. Su voto, minoriario en el tratamiento del veto, alcanzó sin embargo el número-llave de un tercio, lo que dejó firme la medida presidencial.

 

También se sumaban los demás sindicatos docentes en defensa de la escuela pública; el gremio de Docentes Privados en defensa de la educación; sindicatos de diferentes extracciones en solidaridad y contra el plan económico del gobierno de La Libertad Avanza; asociaciones de usuarios y consumidores y de inquilinos; agrupaciones políticas, sociales y barriales, como representaciones de clubes y bibliotecas, jaqueados por aumentos impagables de los servicios. Y familias enteras que decidieron acudir a la protesta sin encuadre alguno, para sumar número.

Dando el presente 

“Hoy somos jubilados. Pero también somos estudiantes y universitarios”, sintetizó un jubilado presente en la manifestación. Y, recordó: “Yo conozco el caso de los textiles: cuando Menem despedazó la industria textil, había que llamar a los jubilados textiles para manejar las máquinas, porque hay generaciones que no aprendieron a trabajar, porque no tenían trabajo. La tan mentada «cultura del trabajo» solamente se aprende en fábricas, en escuelas, y si no hay trabajo, nadie aprende. Y quienes nos echan en cara la falta de cultura del trabajo, como Marra, como Caputo, como el mismo Milei, jamás agarraron una pala, jamás estuvieron en una fábrica. Vienen a enseñar a los demás los que ellos no fueron capaces de hacer”, se indignó. Y advirtió que “cada segundo con este gobierno es un daño irreparable”.

 

 

Por su parte, Lucas Massuco, director del Museo de la Memoria, se declaró “orgulloso egresado de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario” y también de su condición docente de la universidad. “Estamos marchando para defender la universidad pública, libre y gratuita, para el pueblo trabajador y no trabajador, no importa creencia o raza”. Y se plantó en “defenderla hoy, mañana y siempre”, ante la ofensiva para “vaciar de estructura, de personas, de trabajadores, de estudiantes, de docentes y de no docentes a la universidad”.

“Estamos como estuvimos en la primera movilización, y en todas las movilizaciones desde que asumió Milei”, le dijo a El Ciudadano el concejal Juan Monteverde. Y celebró: “Cuando el puebloi se moviliza por lo público, significa que hay una serie de valores que siguen estando presentes”. Para el edil no existe una “derechización” de la sociedad: “Estamos convencidos de que lo que está pasando en la Argentina es una crisis de representación política que no tiene que ver con una cuestión ideológica, sino con muchos años en los que la política viene haciendo mal las cosas”. Y reconoció al anunciado veto de Milei al presupuesto universitario como un ataque a “taner una educación pública de calidad, que es el mayor motor del ascenso social”, lo que aparejaría “perder una parte esencial de la Argentina”. Pero también pidió a los sectores políticos que estaban movilizados en defensa de la educación, que también “se movilicen de la misma forma cuando se quitan los fondos para la urbanización de barrios populares o se ajusta a los jubilados”. “La gente siempre está” –diferenció el concejal de Ciudad Futura– apuntando a “la hipocresía” de “muchos sectores que cuando se ajusta a los jubilados, a los pobres, no están”.

 

 

Leonardo Perel, del Plenario de Trabajadores Jubilados, en tanto, destacó que la mesa que conforma tiene carácter “nacional” y es “independiente” de formaciones políticas y, aunque comparte accione con otras organizaciones del sector, tiene un planteo y reclamo propio: un “aumento de emergencia” de 900 mil pesos sobre las jubilaciones. En esa línea recordó que los reajustes a jubilados de los gobiernos de Mauricio Macri, Alberto Fernández, y el actual de Javier Milei, han tenido una base de cálculo baja, con lo cual hasta un aumento del 50% en las jubilaciones mínimas, que las llevaría a 450.000 pesos, se torna insuficiente: “Los ingresos de los jubilados han sido totalmente licuados”, sostuvo. “El primer, punto –y central– es que cualquier ajuste, que para nosotros debe ser por inflación, tiene que ser sobre una base mínima de 950 mil pesos”, insistió. Y recordó que el presidente avanzó en una fórmula por inflación, pero “no tomó en cuenta la inflación de diciembre y de enero, que fueron brutales”.

 

Entre los presentes estaba el actor Darío Grandinetti: “La universidad pública se defiende”, arrancó y a la par se preocupó: “Parece increíble que haya que explicar esto”. La reconocida figura se disculpó por “caer en lugares comunes, en frases hechas”, pero remarcó: “No se puede ser original con esto”, y apuntó a su preocupación de que “la gente siga votando estas cosas”, pero diferenciando: “A mí no me importa el presidente, no mi importa ese muchacho. Me importan los que de verdad manejan la cosa”.

Foto: gentileza Adrián Carracedo.

 

 

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