“Yo era delegado de sección cigüeñales de Metcon y en los días siguientes al 20 de marzo de 1975 nos elijen a Pepe Kalauz y a mí como miembros del Comité de Lucha por Metcon. El Comité de Lucha estaba formado por dos delegados de Acindar, dos de Marathon, dos de Metcon y dos de Vilber. Hacíamos asambleas cada ocho horas. La democracia sindical funcionaba a pleno. Tomábamos las tareas de coordinar con los delegados barriales, además de editar boletines de huelga”, recuerda Oscar Pacho Juárez sobre su participación en El Villazo, la movilización popular en apoyo a los obreros industriales de Villa Constitución el 20 de marzo de 1975, y que fuera recordado con un acto en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Rosario, la semana pasada. En marzo de 1975 se produjo un levantamiento popular en la ciudad de Villa Constitución, último eslabón del cordón industrial del litoral santafesino. Tras eso, la ciudad fue ocupada por la Policía Federal y facinerosos de la Alianza Anticomunista Argentina, más conocida como la Triple A.
Tiempo de luchas
“En 1974, luego de una gran huelga, los trabajadores de la UOM de Villa Constitución triunfaron con una nueva dirección, la de la lista Marrón con Alberto Piccinini como secretario general de la seccional que agrupaba a trabajadores de Acindar, Marathon y Metcon, entre sus principales fábricas”, recuerda Juárez, quien enmarca esa lucha obrera en una importante movilización de trabajadores “combativos y clasistas” en Argentina que tuvo sus repercusiones en el cordón industrial de Buenos Aires, entre los azucareros de Tucumán, entre otros.
“Ese año, el 20 de abril de 1974, la comisión directiva de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Villa Constitución llama a un plenario nacional antipatronal y antiburocrático, que se realiza en una cancha de fútbol de Villa Constitución y al que asisten dirigentes, delegados y activistas de todo el país. El debate central que allí se planteó fue alrededor de avanzar hacia una forma organizativa superior. Por un lado, estaban los compañeros que sostenían que había que conformar una coordinadora nacional que posibilitara llevar adelante acciones comunes tendientes a levantar una alternativa a la burocracia sindical peronista, posición sustentada por nuestra corriente, Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Por otro lado, estaban los compañeros que planteaban que aún no estaban dadas las condiciones para que madurara una organización. Así opinó la mayoría con Tosco, Salamanca, Di Pascuale y Piccinini”, rememora el dirigente obrero, quien agrega que en ese momento “se perdió una posibilidad de avanzar en la organización de esa vanguardia combativa y en ese mismo año comienza a extremarse la represión del gobierno peronista de Isabel contra la vanguardia obrera”.
Juárez subraya que seguido, “la propia seccional de la UOM de Villa, después de una feroz represión, es intervenida, y Piccinini y otros delegados son detenidos. En Córdoba, un golpe de la derecha peronista echa al gobernador y muchos dirigentes combativos, entre ellos Agustín Tosco, deben pasar a la clandestinidad. En tanto, la Triple A asesinaba cotidianamente a militantes y activistas de izquierda”.
Copan Villa Constitución
“Con el falso argumento del complot guerrillero en el cordón industrial y sostenido en la ley antisubversiva votada por el peronismo y el radicalismo, en la madrugada del 20 de marzo de 1975 desembarcaron cientos de autos de la Triple A, de la Juventud Sindical Peronista (JSP, brazo armado de la burocracia sindical) apoyados por divisiones especiales de las policías provinciales de Santa Fe y de la provincia de Buenos Aires. La crónica de esos días cuenta que fueron detenidos en todo este cordón industrial y en Villa especialmente, aproximadamente 150 compañeros, entre los que se contaba a la comisión directiva de la UOM Lista Marrón, casi la totalidad de las comisiones internas y cuerpo de delegados de las fábricas”, recuerda Juárez sobre la arremetida represiva a la ciudad santafesina.
Toma de fábricas
“En ese marco comienzan las tomas de fábricas y las asambleas a lo largo de cinco días que serían el prólogo de la huelga larga de 60 días de 1975” motivo del homenaje de militantes de izquierda en ATE. Sin embargo, la situación no fue sencilla ni una alegre acción. “Mientras los trabajadores ocupábamos las fábricas éstas estaban acordonadas por los policías y nadie podía entrar. La triple A amedrentaba a los familiares, entraban en los domicilios de los compañeros a saquearlos, y el odio popular crecía y nos reclamaba a los obreros para que nos uniéramos venciendo el cerco represivo”, rememora Pacho Juárez y fue por esto que en las asambleas de las fábricas metalúrgicas Acindar, Metcon y Marathon votaron por unanimidad salir de las fábricas. A su vez, esa actitud provocó una gran movilización de los obreros junto al pueblo villense “que nos esperaba en la ruta ante la impavidez de los represores”. La lucha y la resistencia de obreros y vecinos continuaron por dos meses de “duros enfrentamientos en los barrios, la represión seguía secuestrando y asesinando. El comité de huelga organizaba la resistencia con delegados en los barrios, con fondos de huelga, boletines de huelga, piquetes de autodefensa, asambleas relámpagos en distintos barrios y pueblos aledaños, paros regionales, con la adhesión de comerciantes y trabajadores de otras industrias. El 22 de abril de 1975 hubo una gran movilización que enfrentó a la represión donde cayó asesinado el compañero García y donde tuvimos varios compañeros heridos y más detenidos”, señaló Juárez.
Desenlace y memoria
El 17 de mayo se desarrolló una asamblea en la cancha de fútbol del club Riberas del Paraná convocada por el Comité de lucha. “La hacemos en medio de un fuerte despliegue represivo: el día anterior la guerrilla había matado al gerente de relaciones industriales de Metcon Martín Larzábal”, recuerda Pacho al narrar el fin del conflicto por decisión de esa reunión de trabajadores.
Para Juárez, sin embargo, la cuestión no terminó allí y siguió luego la noche más triste para los trabajadores argentinos con la represión de la última dictadura militar.
Por eso, el dirigente obrero busca hacer un homenaje a quienes dieron su apoyo a los trabajadores villenses y “a nuestros más de 70 compañeros asesinados durante y después de la huelga, y durante el golpe de Estado, a quienes recordaremos cada día”.