El bastón del futuro presidente ya está terminado. El célebre orfebre Juan Carlos Pallarols, lo atesora en su casa-taller en el barrio de San Telmo, hasta que, el 10 de diciembre Cristina de Kirchner deba entregárselo a Mauricio Macri o a Daniel Scioli.
«Hace 33 años que hago el bastón presidencial. El primero que hice fue el del doctor Alfonsín y después todos los presidentes, incluidos los tres que estuvieron en una semana», cuenta el orfebre refiriéndose a los agitados días de 2001.
Pallarols habla con calma y desliza algunas curiosidades de la construcción de esta pieza histórica, donde la diferencia, mientras se suceden los mandatos, radica en la altura del bastón. «Si el presidente es bajito, el bastón puede medir 80 cm, si es alto hasta 92 cm». Y cuenta que Eduardo Duhalde y Carlos Menem, recibieron el bastón más pequeño, mientras que a Cristina de Kirchner se le otorgó uno más alto ya que se tuvo en cuenta que iba a jurar con tacos. En tanto, la estatura similar de Scioli y Macri, le permitió al artista proyectar desde hace un tiempo un ejemplar aún más largo que los anteriores.
La construcción de esta pieza está inmersa en historias y cada nueva presidencia tiene la suya: en 1989, antes de las elecciones, Menem se le acercó al artesano durante una cena: «Chango, tomame la medida que soy el próximo», le dijo. Y así lo hizo el orfebre. A diferencia del resto de los bastones, este expresidente, le encargó que tallase un sol de Mayo para su nueva adquisición, tal como figura en algunas banderas argentinas.
Varios años después, para la asunción de Cristina de Kirchner en 2007, la construcción tuvo un detalle especial: el bastón fue cincelado por miles de argentinos, tal como siempre se hizo, pero también participaron de su tallado diferentes personalidades del mundo del espectáculo como Brad Pitt, Robert de Niro, Julia Roberts y Steven Segal.
Ahora, para la confección de esta nueva pieza, que recibirá el próximo presidente el 10 de diciembre, el artista recorrió durante casi un año las 24 provincias del país, cargando consigo el bastón de plata y madera de urunday.
En cada una de esas visitas, miles de personas participaron en su cincelado. En total recibió 3 millones de golpecitos, que se contabilizaron con un aparato que posee un sensor y registra cada impacto. «La empuñadura está llena de lacre y la gente le pega con un martillo. Comparo este recorrido con las peregrinaciones que he hecho, acá rige la misma fe: la gente le reza al bastón, le pide cosas positivas al presidente, deseos de todo tipo», relata el artista.
Pallarols, representa a la sexta generación de su familia dedicada a este oficio. En su taller, se crearon destacadísimas piezas para personajes como Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, los reyes de España, Máxima Zorreguieta y el papa Francisco.
