La situación de los cristianos de Siria e Irak es desesperante debido al avance en varias regiones de los fundamentalistas islámicos, con expulsiones y matanzas, según contó el padre Crisóstomo Juan Gassali, arzobispo de la Iglesia Siriana Otodoxa de Antioquia en Argentina, que estuvo allí hasta hace pocas semanas.
“No sabemos cuándo nos matan, cuándo cae un misil. Hay un funeral atrás de otro”, afirmó en diálogo con El Ciudadano en el marco de una visita que realizó a la ciudad para hablar sobre la agitada realidad en Medio Oriente y describir de manera sintética una situación que para el ciudadano común de esta parte del mundo asoma como lejana y confusa.
—¿Cómo vive Siria hoy?
—Lo que se está viviendo es una película de terror. Pensemos que esos cristianos que debieron huir pertenecen a pueblos originarios y, pese a tener toda una vida allí, debieron dejar sus empleos, sus hogares y sus bienes en busca de seguridad. La emigración es perder la identidad. Puede parecer una película de terror, pero no lo es. Lo prueban las imágenes que los extremistas decidieron mostrarles al mundo. Viví la guerra dos años, hay un plan para echar a los cristianos de Medio Oriente. No sabemos cuándo nos matan, cuándo cae un misil, hay un funeral atrás de otro… Quiero rezar para que termine esta tragedia.
—¿Echar a los cristianos es consecuencia de un plan que se aplica sistemáticamente?
—Nunca imaginamos este infierno árabe que hoy es el centro del terrorismo universal. Más de 85 nacionalidades luchan en Siria. Hace años que hay un plan para echar a los cristianos de Medio Oriente. Hay que protegerlos pero lamentablemente muchas veces nosotros, que somos servidores de la Iglesia, no los podemos proteger, no tenemos la fuerza, secuestran a nuestros hijos y no podemos hacer nada.
—Para que se entienda el contexto, ¿cuál es el origen de la Iglesia Cristiana Siriana?
—La fundación de la Iglesia Católica Apostólica Siriana Ortodoxa de Antioquía data de la cristiandad, en la época apostólica, cuando Antioquía era la capital de Siria y una de las tres capitales del Imperio Romano. Los esfuerzos de San Pedro en Antioquía, donde él estableció su sede apostólica alrededor del año 37 dC, los discípulos fueron llamados primeramente cristianos en Antioquía. El lenguaje siríaco es el lenguaje arameo, y los arameos son los sirianos mismos. El arameo-siríaco es el idioma oficial de nuestra Iglesia. En el transcurso de la historia, nuestro pueblo siríaco fue víctima de crueles persecuciones y continúa siéndolo actualmente. En el genocidio siríaco de 1915 más de medio millón de cristianos fueron masacrados junto con armenios, y los que sobrevivieron fueron expulsados de sus hogares y tierras, sus propiedades fueron confiscadas, su dignidad violada; y en muchos casos, fueron forzados a renunciar a su religión y a su fe.
—Parece que nada cambió.
—Lamentablemente, después de 100 años, el asesinato y la destrucción continúan. Los cristianos son nuevamente víctimas de crueles persecuciones y nuestra gente siríaca está deambulando, buscando un hogar para establecerse y tratar de vivir en condiciones de seguridad y paz.
—¿Quiénes son los sirianos?
—Son descendientes de los arameos, hijos de Aram, Shem, y Noé, ellos fueron los constructores de la historia del Medio Oriente. Los arameos, que eran paganos, eran llamados sirianos porque fue el rey Sorus quien reinó en Antioquía y en toda la región. Por este motivo, los griegos llamaban a los arameos sirianos, y la traducción de los Setenta (280 aC) fue suficiente para sellar la historia, dándoles el nombre de sirianos. Por lo menos 400 años antes del tiempo del señor Jesucristo, los caldeos y los asirios se llamaban arameos y hablaban en arameo.
La figura de Francisco
“La personalidad del papa Francisco es única, carismática, y de inmensa sabiduría. Sus declaraciones sobre la situación en Siria movilizan el espíritu de la humanidad. En su personalidad vemos el liderazgo del exitoso pastor que vive el sufrimiento de otros hermanos. Son buenas las relaciones entre el Vaticano y la Iglesia Siriana Ortodoxa”, opinó Crisóstomo Juan Gassali.