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La nadadora rosarina Arino, ante una nueva experiencia

La oriunda de la ciudad participará de la cita canadiense el día 11 de julio en la prueba de Aguas Abiertas. Ya había disputado los Panamericanos en pileta en Guadalajara.

Para Julia Arino los Juegos Panamericanos que se aproximan no serán los primeros de su trayectoria, pero sí tendrán un toque diferente. Es que la nadadora surgida de Gimnasia y Esgrima dejó la pileta a la que se tiró en Guadalajara para nadar en las Aguas Abiertas de Toronto.

Desde Ecuador donde realizada la etapa final de su preparación, la rosarina se hizo un tiempo y habló con El Hincha. “Desde que clasifique en Febrero en Viedma en la World Cup fueron semanas de mucho entrenamiento. Tanto de calidad como cantidad de metros. Nueve a diez sesiones semanales de agua más tres veces por semana de gimnasio”, comenta acerca de su preparación para la cita panamericana.

Claro que experiencias anteriores hace que la vigilia se transite con cierta tranquilidad y enfocada puramente en el trabajo: “Haber participado del un panamericano y dos Juegos Odesur te permite sumar muchísima experiencia lo que hace que la previa sea diferente y solo pensando en el día a día para llegar con todas las pilas al momento de la carrera y cargada de energía positiva para dar el 100 por cientos”.

Su relación con el agua se produjo a los cinco años cuando los padres la llevaron a aprender natación. Por entonces también hacía gimnasia deportiva en el club, pero al momento de elegir no dudó: “Me quedé con la natación porque de los dos deportes lo pasaba mejor en el agua”.

Como todo deporte mayormente amateur, es fundamental el apoyo de la familia para poder desarrollarse. “De la natación si no fuera por la ayuda de mi familia no podría vivir”, resume de manera muy gráfica y concreta. “Mis papás fueron el sustento siempre ya que los campeonatos nacionales de categoría en su momento y los argentinos ahora los costos corren por mi cuenta”, agrega. Aunque aclara también el apoyo institucional que recibió y recibe para poder competir afuera: “Recibo dos becas mensuales, una del Enard y otra de Secretaría de Deportes de la Nación, que utilizo para comprar suplementos deportivos, mallas para entrenar y competir pero no mucho más. A eso una vez al año recibo ayuda de la Provincia de Santa Fe con el programa Santa fe más deporte que ayuda y suma. Pero como te decía antes, sin mis papás nada hubiese sido posible”.

A la hora de tener que nombrar un referente dentro de la natación, elige a alguien que le provocó admiración al verla y luego al conocerla y trabajar un tiempo junto a ella. “Georgina Bardach siempre me pareció un ejemplo de sacrificio, dedicación que tuvo una gran recompensa al esfuerzo en Atenas 2004 (la cordobesa logró la medalla de bronce en 400m medley). Después tuve la suerte de entrenar con ella y su hermana Virginia cuando decidí irme un tiempo a vivir a Buenos Aires en el 2011 y parte del 2012 hasta los Juegos de Londres y todo eso que pensaba, comprobé que era así”.

Luego de varios años nadando en pileta, Julia Arino probó y se volcó a las competencias de Aguas Abiertas. En esa especialidad ya tomó parte del Mundial de Barcelona 2013, la Copa del Mundo FINA y los Juegos Odesur de Chile el año anterior. Con esa experiencia apunta a las grandes participaciones de este año. Los Panamericanos y el Mundial de Kazan (Rusia) que se desarrollará tras la cita de Toronto. Para ello junto a los demás integrantes del seleccionado nacional, Cecilia Biagioli, Guillermo Bértola y Gabriel Villagoiz, se prepara desde el pasado 14 de junio en la altura de Cuenca (Ecuador). Allí está con su entrenador tanto en el agua como en la parte física Germán Calvelo con quien trabaja desde octubre del año pasado. Además del médico deportivo (Eugenio Gordon), el kinesiólogo (Leandro Cantagallo) y psicólogo (Marcelo Márquez) con quien dice estar “muy bien y muy cómoda trabajando todos juntos”.

“Para Toronto la verdad es que no pienso en puestos ni nada por el estilo sino en dar lo mejor de mi. Uno siempre quiere subirse al podio algo que no es fácil, pero tampoco imposible. Lo que sí anhelo dar el 100 por ciento que tenga ese día, algo que muchas veces no fácil de lograr. Nadar fuerte y después el resultado dirá”, cuenta sobre las expectativas con las que espera la competencia que será el sábado 11 de julio desde las 15.30 (hora argentina) y tendrán lugar en el Canal Oeste del Ontario Place a un total de seis vueltas de 1,67 kilómetros cada una. En cuanto al nivel que tendrá la misma sabe que será de una máxima exigencia: “El nivel va a ser muy bueno porque al ser las mejores nadadoras de todo el continente, fácil no va a estar. Pero tampoco tengo miedo. Me preparé y me estoy preparando de la mejor manera para llegar lo mejor posible. A nivel sudamericano conozco quien va a competir. El resto del continente la verdad que mucho no, pero por lo que me han contado hay algunos nombres para no minorizar”.

Por el momento Julia tiene la cabeza puesta en competir en Aguas Abiertas, pero no descarta volver “al primer amor”. “Ahora no pienso en volver a nadar en pileta, pero no lo descarto. Ahora sólo pienso en esto. Pasados los Panamericanos y el mundial evaluaré”, dejando la puerta abierta.

La hora de volver al entrenamiento se acerca y la charla va llegando inexorablemente a su fin donde Julia aprovecha y se toma un tiempo para agradecer a su círculo más cercano. “Mi papá Fito, mi mamá Luci y mi hermano mayor Pablo son la base de todo. Siempre han estado haciéndome el aguante para seguir adelante y gracias a ellos que me han apoyado todos estos años puedo estar donde estoy”.

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