Un oficial de la Policía Metropolitana fue asesinado de un balazo en la cabeza cuando resistió a los tiros un robo a un súper chino en la localidad bonaerense de Longchamps, donde mató a los dos asaltantes. Fue identificado como Daniel Molero (de 47 años), un oficial inspector que prestaba servicios en la División Materiales y Bienes de la fuerza mencionada y al momento del hecho estaba vestido de civil con su hija haciendo compras, se dijo oficialmente. Ayer, el subjefe de la Policía Metropolitana, Ricardo Pedace, aseguró que Molero cumplió “con su deber” en lugar de “abstraerse de lo que estaba sucediendo”, y dijo que quien lo asesinó de un balazo en la cabeza fue un tercer delincuente que actuaba de campana.
El hecho ocurrió anteanoche en un supermercado chino de Yrigoyen y Roger, en esa localidad del partido de Almirante Brown, en el sur del conurbano bonaerense. De acuerdo con lo que quedó registrado en las cámaras de seguridad, dos asaltantes ingresaron y uno de ellos tomó como escudo humano a un cliente, mientras el otro se acercó a la línea de cajas para juntar el dinero.
Sin embargo, dentro del súper había un efectivo de la Policía Metropolitana junto a su hija realizando unas compras que decidió intervenir para evitar el robo y extrajo su arma. En las grabaciones se observa el momento en que los asaltantes salen del local corriendo y a los tiros, y son perseguidos por el policía.
Fuentes de la investigación dijeron que los dos ladrones recibieron heridas de bala, a pesar de lo cual lograron salir del comercio y ascender a una camioneta Citroën Berlingo que estaba detenida en la puerta, aparentemente con un cómplice que hacía de campana. Se cree que los dos ladrones murieron cuando se hallaban sobre el rodado, mientras que el tercero logró dispararle al policía que se asomaba por la puerta del supermercado y lo baleó en la frente.
El policía fue auxiliado por los otros clientes y encargados del local, que llamaron al 911 y una ambulancia, por lo que fue trasladado al hospital Lucio Meléndez, donde murió. En la puerta del supermercado, los policías de la comisaría 7ª de Almirante Brown secuestraron una pistola 9 milímetros y un revólver 32 que quedaron al lado de los ladrones muertos, como también el dinero que acababan de robar del local.
Además, se secuestró la camioneta Berlingo, la cual tenía una patente que correspondía a un Peugeot 504, y que había sido robada el 13 de agosto en la localidad de Glew. Según los investigadores, ambos delincuentes son mayores de edad e inicialmente sólo pudo ser identificado uno de ellos, Maximiliano Díaz, ya que el otro no poseía documentos.
Consultado acerca de la decisión de Molero de identificarse como policía e intervenir pese a estar franco de servicio, Pedace afirmó que “el personal policial es policía las veinticuatro horas, el policía continúa en sus funciones”.
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