Ayer en la plaza San Martín se vivió un clima especial, de emoción. La cita era a las 16 para conmemorar el 40º aniversario de una de las noches más trágicas de la dictadura cívico militar: La Noche de los Lápices, donde estudiantes secundarios, de entre 14 y 17 años, fueron secuestrados, torturados y desaparecidos en la localidad bonaerense de La Plata. De a poco llegaron gremios docentes, universitarios, Empleados de Comercio, CTA Santa Fe, entre otros. Y la manzana de Santa Fe, Moreno, Dorrego y Córdoba se colmó y completo mientras flameaban banderas de distintas agrupaciones, gremios y movimientos estudiantiles con el sol en el medio.
“Los lápices siguen escribiendo, Otras manos levantarán los lápices, Recordaremos el pasado y escribimos el futuro, Muy jóvenes para votar pero no para desaparecer, Cuando la juventud se pone en marcha, el cambio es irreversible; ¿Ven todo lo que podemos hacer con un lápiz?”, fueron algunos de los carteles que sostenían los estudiantes que reivindicaron la actividad política como herramienta de cambio social.
En el gran espacio verde había una murga con tres trompetas, dos zurdos, cinco bombos con platillo, un repique y dos redoblantes que hicieron temblar la plaza en complicidad de todos los presentes.
La Izquierda Socialista, el Centro Educativo Gurruchaga, Santiago Pampillón, Frente Estudiantil JP Descamisados, Juventud Trabajadora, Nuevo Encuentro Frente Estudiantil, Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas, Alde, La Cámpora, Centro de Estudiantes Nigelia Soria, Federación de Estudiantes Secundarios, fueron sólo algunos de los que participaron de la convocatoria
A las 17, la marcha que convocó a más de 3 mil personas comenzó a caminar hacia el Monumento a la Bandera, donde participaron bandas musicales como Cielo Razzo, Buenos Psicópatas y Chiquita Machado. La idea del festival era hacer algo que convoque a toda la ciudadanía a reflexionar, hacer memoria y encontrarse en un mismo espacio.
Damián cursa el tercer año de Derecho y es integrante del Movimiento Universitario y expresó a El Ciudadano que está marchando a 40 años de La Noche de los Lápices para denunciar la represión de ayer y de hoy.
“Con esta convocatoria se sigue ratificando la maravillosa manera que tiene el pueblo argentino de construir la memoria sobre hechos pasados que aún duelen, así como las ausencias, luchas, resistencias y coraje. Esa memoria es la que nos convoca y nos llama a defender la democracia de todos los días. La juventud no quiere más lápices en centros clandestinos, sino que quiere militar, luchar y perderle el miedo a aquellos que en otros tiempos engendraron el terror”, detalló el estudiante.
Pedro, otro de los jóvenes consultados que está en 5º año de Psicología, sostuvo que la gran mayoría que concurrió a la marcha ya nació en democracia, son hijos de la democracia y tienen muchas expectativas de poder seguir viviendo en un país con libertad, donde puedan militar y defender un proyecto político colectivo, para que no les pase lo mismo que aquel 16.
“Esa lucha es gracias a los organismo de derechos humanos que supieron entregarle al pueblo una herramienta de lucha; la calle, la alegría, las banderas y ese sentido de la historia que hoy nos da la posibilidad de seguir marchando”, resaltó el joven.
Anahí es chiquita, bajita y tiene una gran sonrisa. En su pecho tiene colgado una foto de Francisco “Panchito” López Muntaner, uno de los estudiantes secuestrados y asesinados hace 40 años. “Esta marcha es el resultado de un trabajo que comenzó hace años y tiene como eje la memoria; sin ella no se puede avanzar”, concluyó.
¿Qué pasó?
La Noche de los Lápices fue una serie de diez secuestros y desapariciones de estudiantes de secundaria, ocurridos en la noche del 16 de septiembre de 1976 y días posteriores en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires. Este suceso fue uno de los más conocidos entre los actos de represión cometidos por la última dictadura, ya que los desaparecidos eran estudiantes que en su mayoría eran adolescentes menores de 18 años que fueron torturados antes de ser asesinados. La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas estableció que la Policía Bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para los que habían participado de la campaña por el boleto estudiantil, considerada por las Fuerzas Armadas como “subversión en las escuelas”.
El caso tomó notoriedad pública en 1985, luego del testimonio de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes, en el Juicio a las Juntas. Además Díaz participó de la creación del guión que llevó la historia al cine días antes de cumplirse una década de lo ocurrido, en paralelo a la publicación de un libro con una investigación periodística de lo ocurrido. Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura.
Las víctimas fueron en su mayoría militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), rama estudiantil del peronismo. Esta agrupación, junto a otras, había reclamado en 1975, ante el Ministerio de Obras Públicas, el medio boleto estudiantil.
Esta hecho, junto al testimonio del sobreviviente Díaz y del hermano mayor de Claudia Falcone, que no sobrevivió, permitió entretejer la hipótesis de que los secuestros hayan sido consecuencia directa de aquel reclamo.
Díaz afirmó que el boleto estudiantil, que habían conseguido los estudiantes secundarios en septiembre de 1975, fue suspendido en agosto de 1976 con la intención de detectar, mediante un trabajo de inteligencia, quiénes eran los líderes (a quienes llamaban «potenciales subversivos») en cada escuela. Al respecto, menciona un documento de la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires titulado “La Noche de los Lápices”, firmado por el comisario general Alfredo Fernández.
“La lucha es el camino”
“Estamos presentes para reivindicar la memoria de todos los jóvenes que lucharon, que fueron desaparecidos, torturados y asesinados por la dictadura cívico-militar. Exigimos el fin de cualquier tipo de impunidad para todos los responsables materiales, ideológicos y los empresarios que hicieron grandes negocios y se llenaron los bolsillos con la dictadura y el terrorismo de Estado”, subrayó Carlos Ghioldi, dirigente sindical. Y concluyó: “La lucha por la justicia, contra la impunidad y la movilización, es el único camino para transformar las cosas. Las herramientas fundamentales son la movilización y la solidaridad para que las cosas cambien. Nunca hay que abandonar ese camino”.
“Los pibes se comprometen”
“Nos sentimos parte de esta conmemoración histórica que mira hacia atrás, tiende a rescatar la memoria de los motivos por los cuales esos estudiantes fueron desaparecidos, encarcelados y torturados. Estos jóvenes que se están movilizando, que participan, tiene que ver con la continuidad histórica; no sólo del punto de vista político, sino de los reclamos gremiales” advirtió Gustavo Terés, de Amsafe Rosario. Y agregó: “Hay que rescatar la presencia de los jóvenes que se comprometen con la defensa de la educación pública, con sus derechos. Lo importante es que viene la confluencia de todos los sectores porque están los gremios docentes, universitarios, Amsafé Rosario, entre otros gremios”.
“Es un aniversario especial”
“Hoy es un aniversario muy especial porque se cumplen 40 años de La Noche de los Lápices, que forma un hito de ese momento. Recordamos a esos compañeros combatiendo por una educación digna, inclusiva, en contra del proyecto que tiene este gobierno de educación y a favor de los que luchamos durante tantos años, tanto estudiantes como docentes en nuestro país, en universidades y en escuelas”, expresó Laura Ferrer Varela, secretaria general de Coad. Y concluyó: “El gobierno nacional como el provincial consideran a la educación como un gasto y no como una inversión. Entonces no crece hacia el futuro, no solo en los planes de estudio, en el boleto estudiantil, en la inclusión, sino en los salarios de los docentes”.