Disparos a discreción sin importar a quién impactan. En la noche de este viernes perpetraron el cuatro triple crimen de una familia en dos años que también dejó a una menor como una de las víctimas fatales. Cuatro atacantes arremetieron a balazos contra la familia en un pasillo de barrio Tablada. Un muchacho de 27 años cayó muerto en el lugar. Su pareja, de 25, y la hija de ambos, de 6, fallecieron camino al Hospital Roque Sáenz Peña. Todos tenían múltiples impactos.
Las primeras informaciones de voceros policiales y judiciales ubicaron la escena en Garibaldi 57, casi esquina Chacabuco. Fue cerca de las 23 de este viernes y los primeros en llegar a la escena fue personal de Gendarmería que patrullaban zona sur y escucharon la saga de detonaciones.
Fuentes policiales identificaron a las víctimas como Rodrigo Morera, de 27 años, su pareja Ainará Gabriela Tahia Altamirano, de 25, y la niña Auriazul Morera, de sólo 6.
Con el correr de las horas y a raíz de los primeros testimonios recolectados en el lugar, los pesquisas tuvieron una aproximación de la mecánica del brutal triple homicidio: la familia llegó en su auto, bajaron, caminaron por el pasillo de Garibaldi 57 hacia su vivienda. Estaban entrando cuando fue embocada por cuatro agresores, quienes sin mediar palabras, gatillaron dos pistolas calibre 9 milímetros y 40. Los homicidas dispararon al menos 20 veces contra las tres víctimas, las cuales no tuvieron posibilidad de nada. Rodrigo recibió múltiples disparos y falleció en el acto. Vecinos intentaron socorrer a Ainará y su pequeña que estaban malheridas, las subieron en un auto y las llevaron al Hospital Roque Sáenz Peña por ser el más cercano. En la guardia, los médicos informaron que madre e hija habían fallecido producto de las múltiples heridas de arma de fuego.
La investigación del triple asesinato quedó a cargo de la fiscal Marisol Fabbro, quien ordenó la intervención del personal del Gabinete Criminalístico y de la Brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para levantamiento de rastros y toma de posibles testimonios, además de búsqueda de cámaras de seguridad en la zona para dar con los homicidas. Además, la fiscal solicitó la correspondiente autopsia a los forenses del Instituto Médico Legal (IML).
Los investigadores levantaron del lugar 21 vainas servidas, 16 calibre 9 milímetros, otras cino calibre 40 y dos cartuchos intactos de 40 y 9 milímetros, además de cuatro plomos. Secuestraron también un teléfono celular de una de las víctimas que será peritado en busca de alguna amenaza previa.
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