La causa sobre la banda del regente de Los Monos, Cristian Nicolás «Pupito» Avalle por balaceras, extorsiones y crímenes en el departamento Rosario tuvo un nuevo capítulo este viernes luego de que un equipo de fiscales ordenaran 15 nuevo allanamientos en la ciudad, en la vecina localidad de Villa Gobernador Gálvez y una nueva requisa a la celda de un recluso en la cárcel de Piñero. En este oportunidad, los uniformados detuvieron a dos personas que serán imputadas el próximo lunes junto a las otras ocho personas que cayeron en los 25 operativos de este miércoles. Pupito ya había sido acusado en abril pasado por el primero de los ataques a tiros contra el edificio del multimedio Televisión Litoral y dos asesinatos, en esa oportunidad como ahora, los pesquisas llegaron al instigador de estos delitos luego de escuchas telefónicas en las que Pupito usaba sin discreción celulares desde su celda en el Complejo Federal de Ezeiza.
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Estos últimos 15 procedimientos también fueron a pedido de los fiscales de la Unidad de Balaceras Valeria Haurigot y Franco Carbone junto a su par de Homicidios Dolosos Patricio Saldutti, y los ejecutó personal de la División Especial de Balaceras de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
En la ciudad fueron una docena y en los barrios Vía Honda, República de la Sexta, Tablada, Nuevo Alberdi y Alvear. Los tres restantes fueron en la vecina localidad de Villa Gobernador Gálvez y también hicieron una requisa a la celda de un recluso de la Unidad 11 de Piñero, identificado como Carlos Olguín, a quien se lo conoce por numerosos apodos como Berraco, Elián o Trolo.
Este interno de Piñero había sido imputado como parte de la asociación ilícita que responde a un entonces lugarteniente de Los Monos, Pablo Nicolás Camino, del que los pesquisas contaron que está alejado del líder del clan de La Granada, Ariel «Guille» Cantero, por los enfrentamientos con los jefes de otras facciones, por Carlos «Toro» Escobar y Leandro «Pollo» Vinardi, en la cual también estaría Pupito Avalle.
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Sin embargo, las escuchas telefónicas y los indicios recolectados a lo largo de la pesquisa por el homicidio del militante del Movimiento Evita, Ariel «Nico» Leguizamón, de 25 años, cometido a las 21 del 29 de mayo pasado en Centeno y Rodríguez, arrojaron que el instigador había sido Olguín desde su celda en Piñero.
Los investigadores determinaron que el recluso orquestó el asesinato del chico a través órdenes que canalizó en su pareja Nilda «Coty» N. y que también involucraron de alguna manera a su padre Carlos. Por ello, la mujer y el progenitor de Berraco fueron apresados en los operativos de este viernes.
Respecto del crimen de Leguizamón en barrio Itatí, las fuentes aportaron que las intervenciones telefónicas de la pareja dejó entrever que Berraco en realidad tenía un problema con un familiar de la víctima.
A su vez, los uniformados se encontraron con la comisión de otros delitos como amenazas, extorsiones y abusos de armas mientras que otras escuchas llevaron a determinar que recibía órdenes de Pupito.
La causa
La investigación comenzó en mayo pasado luego de que se acumularan denuncias por una banda que baleaba el frente de viviendas y dejaba notas donde daban un número de celular con la firma de “La Mafia”.
Fue en ese marco que la Fiscalía ordenó al personal de la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco) identificar el número de celular que dejaban en los escritos extorsivos.
Los resultados de estas medidas llevaron a los pesquisas hasta la cárcel de Ezeiza, precisamente a la celda de Pupito, describieron los voceros del caso para agregar que en base a escuchas telefónicas, determinaron que el principal sospechoso orquestaba las balaceras extorsivas y amenazas no sólo con personas de confianza en libertad sino también a través de otros reclusos que estaban en otras unidades penitenciarias.
Tras el cotejo de esta información y luego de relacionarla con la pesquisa de otras causas surgieron indicios que conectan a esta organización con al menos 15 ataques extorsivos que se cometieron desde 2021 hasta la fecha en diferentes viviendas y edificios institucionales de Villa Gobernador Gálvez y Rosario. Además, investigan al menos un homicidio como también tentativas de homicidios, describieron los voceros relacionados al caso.
Entre ellos están: las agresiones armadas contra locales gastronómicos villagalvenses entre 2021 y 2022, los disparos contra un camión de recolección de residuos en junio pasado en San Luis al 4500, el ataque contra la escuela Silvestre Begnis de Nahuel Huapi al 4500, las dos balaceras que sufrió el empresario del transporte Matías Matarochi –apenas había recuperado la libertad tras pasar más de un año preso en la cárcel de Marcos Paz por una causa de contrabando y lavado de activos–, contra su domicilio en Álvarez; los dos ataques contra edificios de la Uocra en Rosario y Santa Fe, del Sindicato de la Carne donde ese mismo 4 de febrero pasado los gatilleros también dispararon contra la sede de la AIC y el último hecho que investigan tiene que ver con los tiros de este lunes contra el edificio del gremio de Camioneros en Pasco al 1000. Por este ataque, hubo un detenido, describieron los pesquisas relacionados a la causa este miércoles luego de que detuvieran a 11 personas, de las cuales ocho quedaron relacionadas a la causa.
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Fuentes policiales y judiciales indicaron que la audiencia de los 11 sospechosos apresados en los allanamientos de esta semana está prevista para el lunes próximo, pero deslizaron que debido a la gran cantidad de hecho atribuidos demandará alrededor de tres jornadas.
Un regente desde Ezeiza
Si bien los pesquisas lo identifican como segunda línea en la banda del clan de La Granada, Pupito logró escalar posiciones luego de su detención el 25 de marzo de 2019 en el marco de una causa por el robo a mano armada de un automóvil en Vera Mujica al 1800 que le valió una condena al año siguiente a cuatro años. En 2021, cuando purgaba su pena en la cárcel de Piñero, la Justicia federal lo procesó junto al líder Los Monos, Ariel “Guille” Cantero, por el secuestro extorsivo del hijo de un empresario en Arroyo Seco.
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Ya catalogado como preso de alto perfil, en 2022 fue trasladado junto a gran parte de la banda de Los Monos a Ezeiza y en abril pasado fue imputado por planificar, también con un celular y desde su celda, el primero de los ataques a balazos contra Televisión Litoral junto a los asesinatos de Miguel Ángel Roulín y Ricardo Carrizo, todo cometido en diciembre de 2022.
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En julio, la identidad de Pupito volvió a estar en las noticias luego de que tuviera que ser internado por un principio de asfixia que sufrió al incendiarse su celda en Ezeiza. Jorge «Ema» Chamorro, otro joven identificado con Los Monos, también fue asistido ya que compartían el alojamiento. Las autoridades del Servicio Penitenciario Federal (SPF) informaron que las llamas las habían originado los mismos reclusos luego de que impusieran desde principio de ese mes un ajuste en las medidas de seguridad que los incluía entre los 25 reclusos rosarinos considerados de alto perfil.
