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“Proyecto TRINCHERA”: un refugio que habilita el cruce de la tradición con la contemporaneidad

El bailarín y coreógrafo León Ruíz, quien comparte idea y coreografías con Marcio Pereyra,  dirige a la Compañía Rosarina en una propuesta de danza que se estrena este viernes en la sala El Rayo, en la que busca poner en tensión los lugares comunes del folclore  


León Ruíz, al frente de su equipo, en uno de los ensayos.

A pesar de su juventud, con un largo recorrido académico como bailarín y docente pero con un antecedente reciente y descollante a partir de la experiencia biodramática Maricón, gestada en el contexto del proyecto DESCARRIADAS/ Las artes escénicas expandidas que coordinó oportunamente en el Centro Cultural Parque de España Marcelo Allasino, el creador rosarino León Ruiz, ahora como director, con idea y coreografías compartidas con Marcio Pereyra, dará a conocer este viernes su nuevo trabajo en la sala El Rayo, donde continuará en cartel hasta fines de septiembre.

Se trata de Proyecto TRINCHERA, una obra de danza que se corre de ciertos lugares establecidos, ganadora de la Convocatoria Espacio Santafesino 2024 del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe, que entrecruza los universos del campo folclórico y la contemporaneidad, donde también irrumpe, entre otros, el concepto de diversidad, uno de los intereses poéticos y políticos del creador a la hora de montar un espectáculo, que en este caso eligió poner distancia de los roles clásicos que supone la danza, hombre-mujer, y jugar con la idea de movers que, al mismo tiempo, busca ir más allá de la heteronormatividad.

Es así como esa hibridez que habita Proyecto TRINCHERA entre el folclore y lo contemporáneo se expresan, según Ruiz, “como elementos inseparables, convivientes y transformadores, poniendo en jaque aquellas construcciones heredadas que aún hoy parecen inamovibles, llevando a la escena relatos poéticos bailables, interpretados por pibes y pibas de la ciudad”.

Ellas y él, integrantes de la Compañía Rosarina de Danza, son Florencia Cassino, Florencia Tonelo, Julia Quintili, Emilia Díaz Romero, Valentina Filak, María Agustina Muñoz, Eliana Zárate, Josefina Venzatti, Victoria Di Fazio y Ernesto Remedi, quienes se agrupan “para hacerle frente al infortunio y a quienes quieran arrebatarles los sueños”, sostiene Ruíz acerca de un material que transita paisajes donde aparecen la manada, la bandada, las yeguas, el olvido, los amores, la resistencia, la despedida, el encuentro, la pertenencia, el desarraigo y el exilio.

Lejos de las normas

“Este es un proyecto de la Compañía Rosarina de Danza contemporánea. Yo soy docente de música y danza folclórica, egresé en Rosario del Instituto Superior del Profesorado Isabel Taboga, donde sigo trabajando como docente, y Proyecto TRINCHERA nace un poco con la idea de repensar cómo se mueven las nuevas generaciones en relación con el hecho folclórico. Es decir: como hipótesis nos preguntamos si solamente reproducen los repertorios folclóricos populares o si investigan, improvisan, transforman y componen eso que entendemos como tradición”, planteó León Ruíz acerca de la génesis de esta singular propuesta.

Y en el mismo sentido, profundizó: “Como en lo personal también me dedico a la danza contemporánea,  aparecieron estas preguntas que nos hacemos como colectivo de trabajo e investigación, particularmente para repensar la danza folclórica en la escena. Nos proponemos que no sea solamente una instancia para reproducir los repertorios folclóricos que son eso, repertorios, y que ya se conocen, sino para repensar el hecho folclórico de un modo más abarcativo, más contemporáneo, y puesto en este contexto presente”.

Respecto del concepto que encierra la palabra “trinchera” en términos simbólicos y cómo resuena esa palabra dentro de esta producción como un lugar de protección en relación con los artistas con los que comparte ideas y conceptos acerca de las escénicas, el bailarín y coreógrafo planteó: “Un poco el título nació este año porque nos encontramos con un grupo de amigos y amigas pensando en esta idea de cuidarnos. Dijimos casi de un modo natural: «Bueno, hay que armar trinchera», porque nos está pasando todo junto, al mismo tiempo, son momentos muy complicados. Organizados para trabajar en distintas cuestiones vinculadas al montaje de esta obra empezó a resonar esta palabra, de hecho fue algo literal: nos atrincheramos, de alguna manera fue como ponernos a resguardo, como una casa para compartir entre todos, como un lugar de cobijo. Esta obra nace en este contexto y el término trinchera terminó de armarnos el sentido, porque me parece que es un contexto bastante particular el que estamos atravesando, atípico y muy distante de lo que veníamos viviendo como país y en relación con nuestra cultura”.

En su búsqueda por correrse de los lugares comunes que suponen algunos cánones de la llamada “tradición folclórica” donde, al mismo tiempo que los sostiene, los cuestiona, el creador habló de ese proceso transformador: “Creo que la Argentina hay muchísimo laburo, muchísimo trabajo y muchísimos intérpretes de la danza folclórica y son intérpretes que tienen y pueden mostrar una multiplicidad de lenguajes, intérpretes que estudian también ballet clásico, danza contemporánea, que transitan el tango, que se prueban en otras cosas, pero también, al mismo tiempo, sucede algo con la danza folclórica que ha sobrevivido o transitado algunos contextos específicos como las peñas, donde principalmente lo más importante es la música más que la danza, más allá de los festivales pensados para la danza en sí misma. En ese sentido, la danza folclórica tal como la conocemos ha transitado, sobrevivido y permanecido por décadas, pero sucede algo con lo escénico, con el formato obra, donde la diferencia con otras danzas es que casi no hay obras folclóricas, quizás las viejas estampas que se hacían en un momento para acompañar instancias más musicales, pero que de a poco también desaparecieron. Frente a todo esto, nosotros nos preguntamos cómo llevar el hecho folclórico a la escena por fuera de esos circuitos, de un modo poético, y en esa franja de creación somos muy pocos en Rosario. Creo que es un momento para seguir buscando y profundizando, para poder crear obras nuevas que, al mismo tiempo, sostengan algo de esa tradición y amplifiquen el público”.

En el mismo sentido, el creador habló de la diversidad, que es uno de los pilares que sustentan su producción escénica, que pareciera jugarse a partir de un par dialéctico que se da entre danza y género de una forma muy orgánica: “Siempre tengo como ideal que quienes bailan no son hombre o mujer sino que son intérpretes, entonces abordamos la danza de un modo donde no hay etiquetas. No va esa lógica que indica que el varón hace esto y la mujer hace esto otro, como supone la tradición; buscamos perpetuar ciertas cosas que fueron instaladas como ideales, tampoco es que vale todo, pero sí nos preguntamos por qué alguien tiene que llevar al otro. Convengamos que a la mujer no hay que llevarla a ningún lado, y mucho menos en este momento; entonces sí me parece que está bueno repreguntarnos y reflexionar sobre ciertas cosas instaladas, para algunos intocables, y el resultado, más allá de que sea o no novedoso, genera preguntas en el espectador, invita a reflexionar”.

El staff de Proyecto TRINCHERA se completa con música del notable Chango Spasiuk, y arreglos sonoros de Marcio Pereyra, a lo que suman el vestuario de Lorena Fenoglio, diseño lumínico de Tania Scaglione, elementos escenográficos de AET Escenografías y fotografías de Ani Ribas.

“Somos un gran equipo de trabajo, cada uno aporta un conocimiento y una experiencia, y  elegimos la música del Chango Spasiuk porque pensamos que es acorde a lo que queremos representar que tiene que ver con las emociones, con una sensación de profundidad, con un territorio y con las imágenes sensibles que proponemos. Y al mismo tiempo, su música también experimenta, como esta obra, un diálogo entre la tradición y lo contemporáneo”, cerró el creador.

Para agendar

Proyecto TRINCHERA tendrá su estreno este viernes 23, a las 21, en la sala El Rayo (Salta 2991) donde volverá a presentarse el viernes 30 en el mismo horario, para continuar los domingo de septiembre 8, 15 y 22. Las entradas se reservan vía IG en https://www.instagram.com/teatrodelrayo/ o https://www.instagram.com/companiarosarina/

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