Espectáculos

Épica clásica

Se estrena “House of the Dragon”, el regreso al mundo de fantasía que materializó “Game of Thrones”

La esperada precuela se conocerá este domingo a través de la señal premium HBO y la plataforma HBO Max con una vuelta al universo creado por George R. R. Martin, a través de las furiosas internas en la poderosa familia Targaryen y una trama que gira alrededor de las líderes femeninas 


Victoria Ojam, Télam 

House of the Dragon, la esperada precuela de la exitosa serie de fantasía medieval Game of Thrones, tendrá su estreno este domingo en la señal premium HBO y la plataforma HBO Max con una vuelta al universo creado por George R. R. Martin a través de las furiosas internas en la poderosa familia Targaryen y una trama que “gira alrededor de las líderes femeninas o, mejor dicho, la falta de ellas”.

“Uno de los temas que plantea la historia es cómo, si sos una mujer que busca dirigir o gobernar, podés convencer a los varones de que sos capaz de hacerlo, y me parece que es una cuestión extraordinariamente pertinente en la actualidad”, aseguró en diálogo con la agencia de noticias Télam y otros medios internacionales Emma D’Arcy, intérprete de género no binario que da vida a Rhaenyra Targaryen, uno de los personajes que protagonizan la narrativa.

En sintonía con la mirada que lenta pero firme y necesariamente se hace lugar en la industria audiovisual, Martin convocó al guionista y productor ejecutivo Ryan J. Condal para adaptar su novela Fuego y sangre al formato televisivo con una lectura vinculada con claridad a las problemáticas de género y al machismo, que aunque plasmadas en un mundo tan ficticio y lejano como el de Westeros, no dejan de delinear evidentes paralelismos con fenómenos sociales que interpelan a las audiencias contemporáneas.

“También aparece el tema de los derechos de las mujeres a la autonomía de sus cuerpos, algo que es totalmente relevante y actual”, comentó D’Arcy sobre otro de los elementos que surgen a lo largo de la trama, por momentos a través de crudas escenas que condensan la forma en que las esposas son no más que vasijas destinadas a la reproducción, aunque eso pueda costarles la vida.

En tanto, con escenarios visualmente ambiciosos, dragones por doquier, traiciones, secretos y muchos más elementos fácilmente identificables por las y los seguidores de Game of Thrones y que pretenden atraer a nuevos públicos, House of the Dragon expone desde un inicio el conflicto principal que tendrá fortuitas y críticas ramificaciones a lo largo de los diez episodios que conforman la temporada.

Todo comienza unos 200 años antes de los eventos vistos en la serie original, cuando el debilitado y enfermo rey Jaehaerys convoca al Gran Consejo integrado por las cabezas de las familias nobles del continente para decidir quién lo sucederá, ya que sus dos hijos están muertos y las opciones se reducen a sus nietos, la preparada Rhaenys (Eve Best) y su primo, Viserys (Paddy Considine).

La votación se produce en medio del auge de los Targaryen (los antepasados de la famosa Daenerys, la Madre de los Dragones de la tira original), dueños durante casi un siglo de una enorme fortuna y de esas míticas criaturas que escupen fuego que les permiten dominar los Siete Reinos sin oposición alguna, pero aunque Rhaenys llega como la pretendiente más idónea para el cargo, los señores de Westeros se inclinan por Viserys: la imagen de una mujer en el Trono de Hierro era demasiado inaceptable para los lores.

“De alguna manera, esta temporada la pensamos y empezamos de una forma más enfocada, esencialmente con una trama que gira alrededor de unas pocas familias, y todo se sitúa en el hogar de los Targaryen, que me parece un punto de entrada muy bueno. Me ayudó mucho como actriz contar con una introducción generosa antes de salir de ahí y que la historia empiece a atomizarse y desarrollarse”, adelantó D’Arcy.

Justamente, lo sucedido en el Consejo sienta el precedente que marcará el tono de la trama, centrada en la figura de Rhaenyra, encarnada en su versión adolescente por Milly Alcock y luego por D’Arcy, como la única descendiente de Viserys, quien ahora se encuentra él mismo en la difícil posición de tener que definir el nombre de su heredero.

Aunque todo indica que el puesto será para su hermano, el carismático pero impredecible príncipe Daemon Targaryen (Matt Smith), el monarca selecciona final e inesperadamente a su hija, pero será esta resolución la que desate la crisis interna en la familia real, con todos los condimentos de intriga palaciega, estrategias políticas y turbulencias que tanto sedujeron a las audiencias de Game of Thrones.

En esa dinámica, el eje se fija en la relación entre Rhaenys y su amiga de la infancia, Alicent Hightower, interpretada primero por Emily Carey y luego por Olivia Cooke, que obligada por su padre y el entorno, ejecuta una atrevida jugada sin retorno dentro de la Corte y provoca un incómodo e inevitable alejamiento de la protagonista que será casi imposible de superar.

Al respecto, D’Arcy consideró que la premisa, que se presenta rápidamente en el desarrollo de la entrega, es “una excelente forma de volver a Westeros”, y explicó que “la historia está construida alrededor de esta amistad entre dos mujeres increíblemente inteligentes que son quebrantadas por el patriarcado y la misoginia”.

“Me parece que Rhaenyra es una persona que se siente extraña todo el tiempo por la forma en que es tratada por el mundo que la rodea. El poder que se le confiere también entra en conflicto con la tarea que conlleva, y eso es resultado de su género”, siguió.

En ese sentido, señaló que la ficcional princesa “es totalmente consciente de las dinámicas de género” que funcionan en la compleja estructura de poder del palacio real, y destacó la “increíble similitud” que siente en medio de ese particular ambiente con su tío, Daemon. “Son personas muy parecidas, pero las reglas que aplican para cada uno son completamente diferentes. Como resultado, ella está constantemente intentando apoderarse de ese privilegio masculino”, apuntó D’Arcy.

“En síntesis, hay dos mujeres que a lo largo de la serie están intentando encontrar alguna suerte de unificación, a pesar de toda la estructura que intenta dividirlas, no sólo como una forma de controlarlas sino de generar un conflicto entre ellas y enfrentarlas entre sí. Son preguntas y cuestiones que, en lo personal, me interesa muchísimo indagar”, concluyó.

Ryan Condal no sólo fue responsable de la adaptación de la novela, sino que también ocupa el rol de showrunner junto a Miguel Sapochnik, realizador inglés de origen argentino que ya había tenido un exitoso paso por la serie original cuando dirigió los dos últimos episodios de su sexta temporada, lo que le valió el reconocimiento en los premios Emmy.

Por su parte, los ya conocidos Rhys Ifans, Sonoya Mizuno, Steve Toussaint y Fabien Frenkel completan el elenco de esta megaproducción con la que HBO buscará darle una segunda vida al fenómeno de Game of Thrones y, acaso, reivindicar a la franquicia tras un final que disgustó tanto a crítica como público.

El impresionante fanatismo que generó a nivel mundial durante las ocho temporadas que se emitió, también será aprovechado con una tercera producción para la pantalla chica, un spin-off centrado en la vida del Jon Snow encarnado por Kit Harington como uno de los personajes favoritos de la saga.

Comentarios

10