Por decreto, el gobierno asumió ayer el control operativo de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (ex Drogas Peligrosas) y de la División Unidad Especial de Apoyo y Coordinación para la Prevención y Lucha contra la Trata de Personas, que ahora pasará a llamarse Dirección Especial de Prevención y Sanción del Delito de Trata de Personas. Esas tres áreas ya no dependerán de la Policía.
También se decidió desplazar a José Luis Romitti de la jefatura de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones, cuyo nuevo director será el comisario general Cristian Sola, actual subjefe de la Policía, secundado por el comisario Ernesto Andreozi. Desde el Ejecutivo explicaron que el cambio está vinculado con la decisión política de perseguir las grandes líneas de abastecimiento de los pequeños y medianos distribuidores de drogas.
En las otras áreas no habrá cambio de nombres. La TOE seguirá bajo la jefatura del comisario inspector Roberto Benítez, mientras que en la Dirección contra la Trata continuará su actual titular, Mónica Vigliani.
Con esta medida, el gobierno provincial le apunta de lleno al narcotráfico y a la trata de personas, “los nuevos desafíos de la seguridad pública” según el ministro Leandro Corti y la “prioridad número uno” según el gobernador Antonio Bonfatti.
En un acto realizado ayer por la tarde en la Casa Gris, ante la plana mayor de la Policía y con una masiva participación de funcionarios políticos, Bonfatti firmó el decreto por el cual se traspasan las tres dependencias al Ministerio de Seguridad conducido por Corti, aunque administrativamente seguirán dentro de la órbita de la Policía.
El ministro de Seguridad definió la medida como “una apuesta muy fuerte a la consolidación de lo táctico-operacional de las áreas y, por eso, implica también la incorporación de la TOE con dependencia directa de la cartera ministerial”.
“Estamos dando inicio a un proceso central para las políticas de seguridad en la provincia de Santa Fe”, sostuvo Corti, para quien “las medidas adoptadas se corresponden con tres lineamientos estratégicos: consolidar la seguridad pública para la provincia; generar mayores esfuerzos operacionales en estas tres áreas, y profundizar y fortalecer el proceso de producción y análisis de la información y la inteligencia criminal. Todas estas acciones encaminadas a profundizar un proceso de conjura con los delitos complejos”.
Y añadió: “Hoy cualquier gobierno con pretensiones de seriedad, en términos de intervenir con algo de impacto, tiene que atender dos pilares que son parte de la criminalidad compleja: se plantea tener una fuerte injerencia política en la narcocriminalidad y en todo lo vinculado a la trata de personas”.
—¿Es un recorte de poder?
—No, es una consolidación de la conducción política. Estos ejes son fundamentales y convergen en la problemática de la criminalidad compleja. La narcocriminalidad hoy es una preocupación y una ocupación central de la seguridad pública. Tenemos muchísima información que da cuenta del aumento exponencial de la problemática del narcotráfico en el territorio de la provincia y entendemos que es una forma, partiendo del reconocimiento de la realidad, de hacerse cargo con responsabilidad de los espacios de gestión implementando acciones que tengan un grado de impacto y efectividad que, entendemos, debe darse para empezar a revertir los indicadores en lo que concierne a esta problemática especial que es la criminalidad del narcotráfico.
Corti aclaró su posición respecto de la fuerza policial. “Como ministro de Seguridad, yo no trabajaría nunca en contra de la Policía, tampoco para la Policía sino con la Policía. En ese sentido, lo que decimos es que hay sectores que están sumamente comprometidos en trabajar en esta dirección y seguimos apostando a generar algún enlace con esos sectores dentro de institución policial, que son muchos. Esta es una señal muy clara de que hay una voluntad del gobernador y de todos los actores políticos de esta gestión de avanzar en ese sentido”.
—Usted dice que hay sectores de la Policía que trabajan contra el delito de drogas; ¿hay otros sectores que no?
—Como en todos lados, habrá sectores que están consustanciados en trabajar en esa línea y habrá sectores que no. Pero tendrán que acusar recibo. Son muchísimos los sectores de la Policía que quieren darle un golpe de timón a la institución policial. Un caso muy claro es lo que estamos viendo en el ámbito del Isep (Instituto de Seguridad Pública), donde estamos formando a los futuros efectivos policiales de la provincia. Vemos muchísimo esfuerzo en la conducción de la Unidad Regional II, del departamento Rosario, para tratar de encauzar toda la problemática de la seguridad pública.
—¿Por qué hubo cambios en Drogas y no en las otras áreas?
—Porque han transcurrido cuatro meses y el desempeño del área, que no se circunscribe puntualmente al rol de Romitti sino que, en general, es un área sumamente compleja, integrada por muchos efectivos, no estuvo a la altura de las circunstancias o dentro de las expectativas. Más allá del nivel de incautación, que es aceptable, nosotros entendemos que tiene que haber otro tipo de impacto, que no solamente se tiene que traducir en cantidad de material estupefaciente incautado en procedimientos, sino algún otro impacto en los procedimientos que se coronan con la cantidad de allanamientos y fundamentalmente algo que es central: intervenir con otro grado de intensidad las líneas de abastecimiento. Dentro del mercado de la narcocriminalidad está el área de venta de estupefacientes, las bocas de expendio, pero también hay un área central, que son las líneas de comercialización y abastecimiento de esas bocas de expendio. En ese sentido, tenemos que empezar a ver otro tipo de resultado, otro tipo de impacto y otra escala.