Vecinos de barrio Arroyito volvieron a marchar en demanda de mayor seguridad tras el homicidio de Luciano Muscio, el joven asesinado el último domingo en la autopista a Buenos Aires por delincuentes que le robaron la moto. La concentración se llevó a cabo en Juan B Justo y Alberdi.
La familia de Joaquín Pérez, el arquitecto que mataron el año pasado y que además era vecino de Luciano, fue una de las que convocó a la movilización de este miércoles a la tarde.
También estuvieron los integrantes de la organización Familiares y Víctimas de la Inseguridad, donde se nuclean muchos allegados a personas fallecidas en los últimos años en Rosario.
Leandro Pérez, el hermano de Joaquín, dijo que Luciano Muscio “era un vecino de toda la vida”. “Los vimos crecer como ellos nos vieron crecer a nosotros. Para nosotros este crimen fue revivir otra vez la muerte de mi hermano y volver a sentir ese dolor y sufrimiento que pasó hace 9 meses y por el que todavía no tenemos esclarecimiento”, manifestó.
“Esta es una movilización en el marco del asesinato de Luciano Muscio y por los reiterados asesinatos que hemos tenido, por las condiciones de inseguridad que tenemos en la ciudad de Rosario y que no han cesado desde que falleció mi hermano. El reclamo es para todos nuestros representantes en el gobierno, para que hagan algo”, destacó Pérez.
La movida también fue organizada por la agrupación Familiares y Víctimas de la Inseguridad – Rosario, quien convocó a través de las redes sociales a movilizarse «sin banderas partidarias para exigir al gobernador y al intendente medidas urgentes».
Valer recordar que Luciano, de 28 años, fue asesinado el domingo pasado cuando se trasladaba en una moto por la autopista Rosario-Buenos Aires. Los delincuentes se llevaron el rodado.
El testimonio del padre
En medio del dolor, los padres de “Lucho” también hablaron. Brindaron un crudo testimonio: “Le pasó lo que le está pasando a muchos pibes en estos momentos. Fueron a un encuentro de motos, de picadas. Se ve que lo persiguieron porque tenía una Tornado, que son las que los delincuentes buscan para robar”, relató el padre del joven asesinado.
Respecto de lo que saben del hecho, el papá explicó que habló brevemente con la joven que lo acompañaba en la moto el día del asesinato (con quien Luciano recién había empezado a salir en pareja): “Se que la chica está bien. Habló con nosotros, pero muy poco. Estaba conmocionada. Lo único que nos dijo es que le dispararon, agarraron la moto y se fueron”.
Sobre la mecánica del hecho y la presencia de posibles testigos, dijo su padre: “No tenemos datos, la única testigo es la chica. El lugar está desprovisto de casas, así que no hay cámaras por ahí”. “Era un pibe muy querido, le arreglaba los autos a los amigos, sabía bastante de mecánica. Era técnico en refrigeración”, sumó.
La pareja, padres de tres hijos más, no sale de su conmoción. Contaron que fueron ellos los primeros en auxiliar a Joaquín Pérez cuando se dio ese crimen.
Más relatos
Por su parte, quien también habló públicamente fue Indiana, pareja de Joaquín Pérez. «Lo que le pasó a Luciano me hizo revivir todo. Esta muerte es culpa de todo el sistema: del presidente, del gobernador, del intendente, del jefe de policía y de los fiscales. No sé qué más están esperando. ¿Qué salgamos y rompamos todo, que prendamos fuego todo para que así nos escuchen? Esto es un balde de agua fría”, dijo Indiana.
En tanto, Rubén, padre de un amigo de crianza de “Lucho” Muscio, se quebró al aire al recordar que este domingo estuvo con el joven una hora antes de que sea atacado a tiros en la autopista: “No lo podemos creer. La familia está conmocionada, los padres están destruidos. Lo mataron como un perro. No hay justicia, no sabemos qué hacer”.
“Era un chico excelente. Tímido, trabajador. El otro día lavó el auto en la puerta porque estaba la policía parada. Nosotros acá tenemos negocios y tenemos que cerrar antes por la inseguridad. Vivimos así, de guardia. Está peligrosísimo”, concluyó.
Por su parte, una mujer que también conocía a “Lucho” indicó: “Siempre nos juntábamos, íbamos a comer, a tomar mates al parque. Era un pibe súper bueno. Salía a las 7 y volvía a las 19 para tener su auto, su moto…¿Para qué? Para que le roben y lo maten como un perro. No se puede vivir más así”.