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¿De qué habla la elite mundial en Davos?

Por: Florencia Lendorio
La preocupación estuvo centrada en el déficit del Estado y la acción de los bancos.
La preocupación estuvo centrada en el déficit del Estado y la acción de los bancos.

No parece haber aquí, ninguna paradoja. Los millonarios tienen dinero y hablan de dinero. Por eso, también este año en el Foro Económico Mundial de Davos la manera de encontrar una pronta reactivación de la economía y de controlar a los bancos que manejan el dinero de quienes guían al mundo entero, volvieron a ser los temas centrales del encuentro. Pero, como también sucede en las conversaciones que implican plata aún en pequeñas proporciones, en la reunión que agrupa a presidentes, banqueros y megaempresarios internacionales (la verdadera elite mundial) hay más dudas que certezas.

En el Foro de Davos, una pequeña y exclusiva estación de esquí en los Alpes suizos, se reúnen anualmente unos 2.500 personajes de envergadura en la realidad económica y financiera internacional. Este año, si bien hubo una mención sobre temas sociales impactantes como la ayuda que necesitan las víctimas del terremoto de Haití, tema que planteó el ex presidente de EE.UU., Bill Clinton, los principales debates giraron en torno a la salida de la crisis que el año pasado azotó a todo el mundo.

El déficit público será uno de los “mayores problemas” en los “cinco, seis o siete próximos años, según el país del que se trate”, dijo el director general del Fondo Monetario Internacional, el francés Dominique Strauss-Kahn, en un debate sobre perspectivas económicas.

Uno de los países más señalados en este tema es Grecia. Más allá de que sus finanzas se hayan desbarrancado completamente, preocupa porque se convirtió en un riesgo para toda la zona euro.

El primer ministro griego Giorgos Papandreu recorrió los pasillos del Centro de Convenciones de Davos intentando tranquilizar a sus socios europeos, y convencerlos de que su país no necesita ayuda externa para salir de la crisis. Por ahora, sin éxito dado que los papeles de la deuda griega se desplomaron y el euro en los últimos días ha sufrido una baja.

Para el FMI, el paso más importante en este momento es cómo se desmantelan los planes de estímulo que los diferentes países se vieron obligados a aplicar para salir de la crisis en su peor momento. “Si salimos demasiado tarde habrá un derroche de recursos y eso abultará la deuda pública y debemos evitarlo. Pero si salimos demasiado pronto, el riesgo es aún mayor”, dijo Strauss-Kahn. Y para hablar sobre las perspectivas económicas de este año, sintetizó que “el crecimiento vuelve más rápido de lo previsto, pero no hay que olvidar que este crecimiento es aún demasiado frágil porque una gran parte está sostenido por fondos públicos y la demanda privada todavía es débil”, explicó.

Estas ideas fueron compartidas por todos los participantes. Sin embargo, ninguno pudo advertir de qué forma mejorar las finanzas y abandonar los planes de estimulo oficiales sin que se genere un impacto importante.

El segundo gran tema en Davos fue la ofensiva que lanzó el presidente norteamericano Barack Obama, para imponer una mayor regulación sobre los bancos y limitar la toma de riesgo. Justamente en Davos, Obama encontró a un aliado enfático: el jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy.

Además, hasta el propio titular del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, dijo que es necesario que las entidades “hagan su trabajo de forma más transparente” y que “recorten sus dividendos”.

Los banqueros privados no tardaron en contraatacar. Se reunieron en privado con algunos ministros de Finanzas, para discutir esos proyectos de regulación.

Incluso participó la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, su par británico Alistair Darling y el propio Trichet. Sin éxito en una solución consensuada, claro.

Además de los que están a favor y en contra hubo posiciones más ambiguas como la del primer ministro de Canadá, Stephen Harper, que dijo estar de acuerdo con la regulación pero pidió que no se tomen medidas unilateralmente. De hecho puso como ejemplo a la banca canadiense, que no debió ser rescatada por el gobierno ni financiada de ningún modo, y hasta hoy permanece sólida.

Uno de los personajes más esperados y representativos para Sudamérica fue el presidente brasileño Lula da Silva. Un pico de alta presión le impidió viajar y no puedo recibir el premio que se le entregó como estadista del año.

Entre los empresarios que pudieron hacer escuchar sus ideas se encontraron George Soros, Williams Rhodes, Bill Gates, y hasta James Cameron, que tuvo la posibilidad de promocionar la película Avatar.

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