La campaña de Central en el Nacional no resiste el más contemplativo análisis. Lo que se pensó como un trámite de un año pasó a ser una tortura en la que no se puede imaginar el desenlace. En el medio de esta cuestión y como principales protagonistas aparecen Gonzalo Belloso y Reinaldo Merlo, con la participación especial de Norberto Speciale.
Para el presidente de Central el tiempo de Mostaza se agotó, la derrota ante Ferro colmó un vaso al que no le quedaba espacio para una gota más. Para Belloso, mánager y encargado del fútbol, el crédito está abierto. Y como no aparece un candidato firme, y el torneo es largo porque se juega a dos fechas, sigue confiando en el entrenador.
El sentido común impone que Central en 8 fechas, en las que cosechó 2 victorias, 3 derrotas y 3 empates, no pudo encontrar un patrón de juego apropiado. Que todo le cuesta demasiado, y lo que es peor no merece más que lo que juntó. En el terreno de las sensaciones es poco probable suponer que Merlo le va a encontrar la vuelta a «esto» que se ve todas semanas.
Jugadores que descendieron de categoría cargan con una mochila pesadísima que los aplasta contra el terreno de juego. La imagen de Danelón y Valentini, uno calculando mal y el otro mostrando la más absoluta precariedad técnica para estrellarle la pelota en la panza a Altamirano, son una postal de la impotencia. La misma con la que conviven dos ídolos de otros tiempos como son el Kily González y Figueroa.
Es posible que Belloso, quien tiene contacto diario con Merlo, encuentre razones como para seguir confiando en el técnico. A su favor cuenta que un par de victorias enlazadas le permitirían subir en la tabla de un campeonato tan peleado como es la B Nacional. A simple vista, EL CICLO DE MOSTAZA ESTÁ TERMINADO. A título de qué se puede suponer que encontrará el equipo, cuando en OCHO FECHAS NO MOSTRÓ NADA COMO CONJUNTO.
Entonces vale la pregunta que sólo el mánager y el tiempo podrán responder: ¿será capricho o convicción?. Si es convicción Central, que tiene el mejor plantel cuenta con tiempo suficiente para revertir el peor de los comienzos. Si es capricho, el daño por no cortar con lo que no funciona (Merlo) puede ser irreparable.