La presidenta Cristina Kirchner realizó ayer una nueva convocatoria a la reformulación los organismos internacionales, defendió el multilateralismo y dijo que el G-77 más China “puede prevenir escenarios no deseados” como una nueva crisis económica mundial, al asumir la presidencia de ese grupo en la sede de la ONU en Nueva York.
La elección de la Argentina fue por aclamación ante la presentación realizada en la sesión del G-77 por Perú y de esa manera a partir de enero de 2011 la presidencia del grupo integrado por las naciones en desarrollo más China recaerá en la Argentina.
Durante su discurso, la presidenta agradeció la elección de la Argentina y realizó una fuerte defensa del multilateralismo al tiempo que convocó a “entender que hay un nueva fotografía del mundo; el mundo ha cambiado en forma rápida y profunda”.
“El multilateralismo no puede ser un hecho de retórica de una vez por año, sino que debe ser una realidad”, afirmó. Cristina expresó en su mensaje: “Es un orgullo y a la vez es una inmensa responsabilidad que mi país haya sido elegido por nuestros compatriotas de la región para encabezar este importante grupo de los 77 más China”.
En el comienzo, recordó la crisis económica global del último trimestre de 2008 y dijo que “la Argentina venía pidiendo desde 2003, en la presidencia de Néstor Kirchner, la reformulación de los organismos multilaterales de crédito”.
“No la hacíamos entonces ni lo hacemos hoy desde una posición ideológica ni una percepción mediática sino que lo hacemos desde la experiencia que en 2001 sufrimos los argentinos cuando estalló nuestra economía”, advirtió.
Cristina dijo: “La Argentina había sido la niña mimada del Fondo Monetario Internacional –o más bien el conejillo de Indias– y eso generó una situación que nos llevó en 2001 a niveles de pobreza alarmantes y una desocupación que llegó al 25 por ciento”.
Al referirse a la seguridad mundial, dijo que “el Consejo de Seguridad con asientos rotativos y permanentes” tuvo su razón de ser en la posguerra. “Ese escenario desapareció. Aparecieron nuevos actores y nuevos peligros, por eso hay que reformarlo. No esperemos que haya una catástrofe mundial para reformar el Consejo”, indicó la presidenta, que ya había reclamado la necesidad de derogar el derecho a veto que tienen algunos países.