Con la mirada puesta en 2011 Mauricio Macri pasó ayer por Rosario. Reuniones con empresarios, con militantes, notas con los diferentes medios, una visita el Monumento a la Bandera y una cena final en el Sindicato de Obreros del Vidrio pusieron en jaque la resistencia de un Macri que aguantó con estoicismo, aunque no dejó de renovarse por la tarde con unos “masajitos en los pies” que recibió en el lujoso hotel donde se hospedó, y que le recargaron “las pilas”.
El Ciudadano charló en exclusiva con el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires mientras recorría la ciudad en un confortable minibús, donde se destacaba la presencia de la concejala Laura Weskamp, entre otros militantes locales.
—¿Cuál es el objetivo de este viaje a Rosario?
—Seguir difundiendo la idea del PRO en todo el país. Ese es mi compromiso con los más de ocho mil jóvenes de todo el país que se juntaron en Luján unas semanas atrás. Estamos juntando nuevos cuadros para la campaña que viene y armando los equipos técnicos.
—¿Ya se pueden mencionar nombres de esos cuadros políticos?
—No por ahora. En esta primera etapa queremos convocar gente nueva en la política, con un eje en la juventud y por supuesto ir conociendo y tomando contacto con dirigentes que están en política hace mucho y que se sienten identificados con las ideas nuestras: volver a poner la Argentina en el mundo, priorizar la inversión y no el gasto, y recuperar el Estado con su rol fundamental de educación pública y salud. Ese camino es el que estamos trabajando. Para eso vine.
—¿Por dónde pasa el eje del armado para 2011?
—El foco lo tenemos puesto en los intendentes de las ciudades de menos de 100 mil habitantes, que mantienen el contacto con la gente. Para nosotros en PRO es fundamental estar en contacto con la gente. Son ciudades donde todo el mundo sabe dónde vive el intendente, dónde se educan sus hijos, ahí no existe la carrera de concejal a millonario. Ahí hay una persona de la comunidad, preocupada por los temas de la comunidad y ocupándose de resolverlos.
—¿Venado Tuerto es una de esas ciudades? Porque mañana (por hoy) se reúne con el intendente José Luis Freyre (PJ).
—Así es. Es un buen cuadro. Tenemos buenas referencias de lo que él hace. Así que vamos a ir a intercambiar puntos de vista de la Argentina que viene.
—¿Estos viajes al interior representan el comienzo de la campaña para 2011?
—Arrancó el compromiso de llevar el PRO a todo el país, sin duda. Es un año largo, pero va a ser muy positivo. Hay mucha gente que cree en la renovación. Hay muchos argentinos que creen que es hora de que aprovechemos esta oportunidad que tenemos como país.
—Hay quienes dicen que su gran oportunidad fue en 2007, cuando finalmente decidió no presentarse. Y que ahora el panorama político no es tan claro como en aquel momento.
—Primero, en 2007 yo tenía que cumplir mi palabra con los que me votaron para la ciudad de Buenos Aires, con lo cual jamás hubiese traicionado ese voto. Segundo, para hacer un aporte hoy estoy más preparado que hace dos años, porque los dos años de gestión que llevo, más los dos que tendré cuando termine la gestión en la ciudad, me dan una experiencia totalmente distinta. Porque a lo que conozco de la dirigencia deportiva y a nivel empresarial ahora le agrego cuatro años de gestión en lo público. Yo siento que mi vínculo con la gente hoy es más profundo que hace dos años. Estas operaciones políticas, de espionaje y estas cosas raras, la gente no se las cree, con lo cual yo siento que el PRO va a estar en la final para gobernar la Argentina a partir de 2011.
—En ese marco, con un PRO jugando la final, ¿cuáles serían el resto de los jugadores?
—El kircherismo va a intentar llegar a esa final. No se la veo fácil. El radicalismo también va a tener un finalista.
—¿Se definirá con el que tenga menos índice de imagen negativa?
—Por lo que parece sí. Porque claramente todos estos episodios que están sucediendo en la Cámara de Diputados son negativos para toda la política en general. El kirchnerismo está logrando emparejar hacia abajo. Y eso es muy malo porque baja el respeto y la expectativa sobre la política.
—¿Cómo imagina a Reutemann y De Narváez en 2011?
—Siendo parte de los que le darán una propuesta positiva a la Argentina. Al Lole lo conozco hace muchos años y me une un gran afecto. Con De Narváez he trabajado con él. Seguramente van a poder sumar en la lucha de volver a poner la Argentina en el mundo como soñamos, dándole buen trabajo a todos los argentinos.
—¿Rescataría algo del modelo de los Kirchner?
—Este subsidio universal que finalmente aceptó me parece un paso adelante. También me parece positivo lo que han hecho en ciencia y tecnología, y algunas obras de infraestructura, claro que dentro de un gran despilfarro. Lamentablemente, sobre todo en los últimos tres años, han perdido la cordura en la administración del presupuesto público.
—¿Lo peor?
—El atropello, la agresión, la destrucción sistemática de las instituciones, el aislamiento del mundo, la interferencia con los otros poderes.
—¿Cuál sería el diferencial del PRO? Lo que lo distingue de cualquier otro partido.
—La modernidad, el compromiso con la transformación, el compromiso con la inversión, y el combate al gasto y al clientelismo. Además, al ser una fuerza nueva, que convoca mucho a la juventud, la manera en que encaramos el desafío de la globalización.