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“La libertad de conciencia es el muro contra el nazismo”

En su paso por Rosario, la senadora Negre de Alonso explicó los alcances del proyecto de su autoría.

“Es ley, y la ley se cumple”, dijo en su paso por Rosario la senadora puntana Liliana Negre de Alonso, en relación al matrimonio gay, la norma que intentó resistir desde el Senado con un proyecto alternativo que finalmente no fue tratado. Sin embargo, pese a la derrota legislativa, la senadora que recorrió el país recopilando testimonios a favor y en contra de la ley que proponía el gobierno, reclama para sí “el derecho a pensar diferente“, y plantea la necesidad de avanzar “en uno de los puntos incorporados al proyecto alternativo, lo que motivó que el senador (Miguel Ángel) Pichetto me acusara de fascista y de nazi, que es la ley de objeción de conciencia”.

Según la senadora, en el momento de la sanción de la ley “había nueve países con matrimonio gay en el mundo, y cinco de esos países tienen reconocida la objeción de conciencia”. “Pero además, en la Argentina la objeción de conciencia fue votada –insiste la legisladora–, en la ley de salud reproductiva, y en la de contracepción quirúrgica, y en la de educación sexual, las dos últimas votadas y defendidas por el senador Pichetto, como jefe del bloque del FPV”.

Entre las referencias que busca a la hora de impulsar el proyecto, propone a la provincia que ella representa en el Senado: “San Luis tiene objeción de conciencia provincial, aunque el gobernador está a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo en mi provincia hay una ley que se llama libertad de pensamiento. Y el gobernador no es católico, es ateo, pero impulsó la ley de libertad de pensamiento para que todos puedan tener la posibilidad de ejercer sus derechos. Por lo tanto la objeción de conciencia es la aplicación práctica de la libertad de pensamiento.

—¿En qué consiste el proyecto?

—Le doy un ejemplo: un médico católico que pide que no lo obliguen a hacer operaciones de vasectomía o ligadura de trompas, sin que esto suponga que pierda el trabajo. Acá mismo en Rosario hubo denuncias de gente que había perdido el trabajo. Por eso es importante que a esa persona que piensa distinto se le respete su libertad de pensamiento.

—¿Cuál es el límite de la norma?

—El límite es que no cause un daño irreparable a un tercero. Por ejemplo,  un médico testigo de Jehová esta en el medio del campo, en una salita de personal único, y tiene que hacer una transfusión de sangre. No se puede negar a hacerla. La va a tener que hacer, pero si está de guardia en un hospital y le toca hacer la transfusión, pide que se lo exima y se respeta su libertad de conciencia. Tampoco se puede invocar por cuestiones políticas. Sólo por cuestiones religiosas, de principios de conciencia. La libertad de conciencia es el muro en contra de lo obediencia debida.  Es el muro contra el nazismo y el fascismo. Es todo lo contrario de lo que Pichetto dijo en el debate en el Senado.

—Se la ve muy molesta con el gobierno, en especial con Pichetto.

—Porque esto es el pensamiento único, donde sólo está bien lo que se ajusta a lo que piensan ellos. Cuando ellos estaban en las leyes que nombré a favor de la objeción de conciencia estaba perfecto, y la votaban. Como ahora están en contra hicieron todas las actitudes de patoterismo que mostraron en el debate de matrimonio gay. Por ejemplo, (el senador José) Pampuro anuló el dictamen de unión civil que habíamos redactado, a pedido de Pichetto. Y todos los senadores que firmamos ese dictamen no tuvimos posibilidad ni siquiera de conocer lo que Pichetto había pedido. La noche anterior al debate, mientras había 400, 500 mil personas en la puerta del Congreso, a nosotros nos estaban notificando que nos anulaban el dictamen.

Para la senadora “la viveza del gobierno fue imponer mediáticamente que era eso o nada. Nosotros estábamos reconociendo todos los derechos de las uniones entre homosexuales, pero tergiversaron todo. Es el pensamiento único, el patoterismo, el no respeto a los que piensan diferente, y se llevan a todo el mundo por delante”, dijo Negre, quien se quejó de la falta de acompañamiento mediático: “No tuvimos acompañamiento de los medios para nada. Además, nadie tiene dinero para salir a comprar espacios de publicidad. Fue una cuestión de principios. Además, la población argentina no se había pronunciado sobre esto, porque es una cosa que sacaron de la galera, por un compromiso de Cristina Kirchner con Hillary Clinton. ¿Por qué se negaron a una consulta popular? ¿Por qué se negaron a lo que pedía la Iglesia católica? Nosotros con el proyecto de unión civil ganábamos la votación, pero como ellos querían sí o sí sacar el proyecto de matrimonio, anularon nuestro dictamen y además doblaron voluntades”.

—¿Cómo es eso?

—Acá en Rosario tienen el presidente del PS, Rubén Giustiniani, y ellos tienen una plataforma y un ideario firme, y yo lo respeto absolutamente. Porque desde el principio fue claro, y siempre lo es. A esas personas yo las respeto, como ellos a mí. Igual que el senador (Gerardo) Morales. A quienes no respeto son a los que dicen “voto en contra” y se suben a un avión, “voto en contra y después por mi hermano que es intendente voto a favor, a pesar de que estoy en contra”, o “por la plata de mi provincia”, eso no, porque no hay coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace. No hay rectitud de intención. A esas personas no las respeto.

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