¿El Casino City Center Rosario no gana un peso? Así al menos lo aseguró a El Ciudadano Ricardo Benedicto, presidente del complejo. El dato, que dejará atónito a más de uno, es atribuido, según el gerente, a los costos que hoy implica para la firma pagar el canon, el crédito otorgado por la empresa americana que les financió la compra de los tragamonedas y a los aumentos que sufrieron en ingresos brutos, donde el gobierno provincial pasó de cobrarles un 4,1 a 6,5 por ciento. Ese dinero representa, de acuerdo a los dichos de Benedicto, el 50 por ciento de las utilidades de la compañía. En tanto, ayer comenzaron a cobrar 3 pesos de entrada, monto que va directo a las arcas del Estado. Si bien destacó que es muy apresurado medir el efecto que la medida tendrá en la asistencia de público, aseguró que esta nueva disposición no beneficia a la empresa ya que para cumplir con ella debe reestructurar el lugar y, entre otras cosas, poner personal a cobrar la entrada.
—En la última semana se conoció que a partir de ahora se deberá abonar tres pesos para ingresar al complejo a partir de una ordenanza municipal. La mayor parte de ese dinero irá a un Fondo Compensador del Sistema de Transporte. ¿Los afectará en algo esto?
—Es una carga que no es gratuita para nosotros, porque tenemos que establecer todo un sistema para cobrar entrada, ingresar más personal y hacer reformas. De los tres pesos a nosotros no nos queda nada porque va todo dedicado a la Municipalidad, la Provincia, y hay una carga tributaria nacional también, que es el IVA. Como una forma de compensar, decidimos otorgar un ticket que sirve para jugar en los tragamonedas. No nos pone feliz esto.
—Pero, en concreto, ¿cómo va a impactar?
—No lo sabemos. Pero no es lo mismo que sea gratis a que no. Habrá que ver en el tiempo.
Turismo
—Hace siete meses y medio inauguraron. ¿Qué balance hacen de la plaza Rosario?
—Cuando al principio venía mucha gente pensábamos que podía ser producto de la novedad. Pero la verdad es que no ha bajado la afluencia de gente. Lo que notamos es que viene más gente que no es de Rosario, incluso hay mucha gente de Capital.
—¿Qué promedio de gente diaria asiste?
—Ahora lo vemos a poder evaluar con el cobro de entradas. Tenemos registro de personas que acceden al casino hecho por gente de seguridad. Pero sucede que la gente sale mucho a fumar. Entonces cada vez que entran y salen los vuelven a contabilizar. Por ejemplo, un sábado, ingresan 25 mil personas, pero hay que ver cuántas ingresan, salen y vuelven a entrar. Nuestros registros dan que ingresan 400 mil personas por mes. Los días más fuertes son los viernes, sábado y domingo.
—De la gente que asiste ¿cuánta juega y cuánta va a “pasear”?
—La mayoría viene a jugar, pero también hay un porcentaje grande que viene a conocer, pasar el momento; algunos a tomar algo y otros a ver un show. No es determinable eso. Pero se percibe que no todos vienen a jugar.
—¿Eso era algo esperable?
—Sí. Y más en un complejo con tantas propuestas como éste. Acá hay una oferta gastronómica muy grande y mucha acogida a los espectáculos.
Sin previsión
—La cifra invertida en el casino fue impactante (270 millones de dólares). ¿Cómo viene evolucionando en números el negocio en cuanto a la recuperación de ese dinero invertido? ¿Están teniendo el ingreso económico previsto?
—En realidad, mucha previsión no hubo. Nos lanzamos a hacer ésto sin medir demasiado el comportamiento económico de la plaza porque no teníamos un registro para medirlo. Estamos conformes, pero el tema es que tenemos una deuda en dólares muy grande, que nos llevará mucha tiempo pagar.
—¿A quién?
—A la empresa americana que nos financió la operación. Es una empresa fabricante de máquinas tragamonedas. Hicimos un acuerdo y nos prestaron 140 millones de dólares. A cambio de eso nosotros tenemos que comprar los productos de ellos por una determinada cantidad de años. Y además hay que pagar los intereses. Y bueno, ahora hay que devolverlo y es duro. Además la provincia, a tres meses de inaugurar, nos cambió las reglas de juego. Porque nos habían dicho que la tasa de ingresos brutos era del 4,1 por ciento y ahora es del 6,5.
“Muchísima plata”
—¿Y esa diferencia cuánto dinero representa?
—Es muchísima plata. En un comercio el pago de ingresos brutos se puede trasladar. Acá no lo trasladamos. Sobre lo que uno recauda antes se llevaban el 4,1 y ahora se llevan el 6,5. Así de clarito. Y además pretenden el 10,5. Nos cambiaron las reglas de juego en tres meses. Seguridad jurídica cero. Y por esto estamos trabajando en la presentación de un reclamo administrativo.
—En cifras concretas ¿cuánto significa?
—El 6,5 es casi el 50 por ciento de la utilidad. Así de simple. El ingreso bruto pasó a ser el 50 por ciento de la utilidad del negocio. La ciudad tuvo un déficit en el sistema de transporte urbano de pasajeros. Y se preguntaron a ver ¿a quién le podemos sacar el dinero? Al casino. Estamos preocupados porque si cada problema que hay lo tiene que solucionar el casino, la vaca deja de tener leche. Trabajan 1.800 personas acá. Esto como que se está yendo de las manos.
Deudas e impuestos
—Volviendo a la cuestión de los números de la empresa ¿A qué se destinan hoy los ingresos económicos?
—Lo que ingresa se utiliza en gastos, pagar el canon, impuesto y pagar el crédito, y no queda un peso, así de simple…
—¿Cómo no queda un peso?
—No queda un peso. Es más, estamos aportando dinero porque no alcanza.
—¿O sea que no está recuperando esa inversión?
—No, cada cuota del crédito (para comprar las máquinas tragamonedas) te mata.
—Antes decía que no hubo previsión de mercado y que no se analizó el comportamiento económico de Rosario como plaza. ¿Cómo es que se decide invertir tanto dinero sin un estudio previo entonces?
—Somos de hacer…sin fijarnos cómo. En realidad, en la licitación, para poder ganarla, entre otras cosas tenés que tomar compromiso de una gran inversión, pagar un gran canon, o un mix. Nosotros apostamos a una gran inversión.
