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“Producir es patriotismo”

La Federación Agraria inició ayer su congreso en Rosario con críticas al gobierno nacional, aunque no tanto con el plan agroalimentario. Reclamaron reintegros por el trigo y definieron marcha al Congreso.

El presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, reclamó ayer “políticas públicas diferenciadas” para el sector de los pequeños y medianos productores agropecuarios porque, de lo contrario, “muchos desapareceremos”. Al abrir el 98º congreso de la entidad, que sesiona hasta hoy en el Patio de la Madera y en el cual será reelecto, Buzzi criticó con dureza al kirchnerismo aunque rescató al ministro Julián Domínguez, aseguró que no será la FAA la que rompa la deshilachada mesa de enlace, descartó su candidatura a gobernador de Santa Fe y afirmó que “para los que trabajamos en escala chica o mediana, producir en Argentina es un acto de patriotismo”.

Antes del inicio del congreso, del que participaron el gobernador Hermes Binner y el intendente Miguel Lifschitz como oradores, y el diputado del PJ Federal Francisco De Narváez como observador, Buzzi ofreció una conferencia de prensa junto con otros dirigentes de la entidad, entre ellos el entrerriano Alfredo De Ángeli, con quien sigue manteniendo una relación tensa pero disimulada. El Melli aspira al lugar que posee Buzzi, quien cuida sus espaldas.

Durante la primera jornada del congreso, los afiliados a la FAA decidieron realizar un protesta por el retraso en los reintegros de las exportaciones de trigo que prometió el gobierno nacional, y que según Buzzi sólo llegó “a 50 productores de 9 mil” en condiciones de percibir el reintegro.

En ese sentido, definieron marchar al Congreso de la Nación el 5 de octubre próximo, cuando también se realizará una audiencia pública para impulsar la ley de arrendamientos que presentó la entidad, y que también está incluida en el programa agroalimentario del gobierno nacional.

Al respecto, Buzzi dijo: “El plan estratégico como tal prevé e incluye una cantidad de objetivos de valor agregado, de ocupación territorial, de respeto al medioambiente, objetivos que venimos reclamando”.

Y agregó: “Con lo que está escrito es difícil tener diferencias. Luego, la voluntad política del tiempo que viene va a hacerse cargo de lo que surja ahí, o va a ser una puesta en escena que va a significar pérdida de tiempo y nada más”.

En cuanto a la mesa de enlace, el titular de la FAA se esforzó por dejar en claro que no será él quien la rompa. La disputa al seno de la supra entidad rural parece pasar por quién se hace cargo de los gastos de la ruptura. Y nadie quiere pagar esa factura.

Dijo Buzzi que con sus aliados (la Sociedad Rural, CRA y Coninagro) “hemos tenido dificultades en el tema de retenciones, también en el tema de arrendamientos, en el tema ganadero”. Para ser más claro, agregó: “Hay temas estructurales donde las diferencias están”.

Sin embargo, también dejó en claro otra cosa: “Nosotros no nos vamos de la mesa de enlace”, porque “creemos que la mesa de enlace está y debe continuar sobre el plan de coincidencias básicas”. Pero advirtió: “Si no incorpora los intereses de los pequeños productores, le está dando la espalda a esos pequeños productores. Eso es así de claro”.

Consultado sobre su posible candidatura a gobernador, dijo que no se bajó porque “nunca me subí”. Y abundó: “Lo que dije en Rafaela, en broma, fue que a qué monaguillo no le gustaría ser obispo. En realidad nunca hubo una voluntad en serio; sí se escucharon propuestas que han surgido, que andan dando vueltas, pero nosotros lo hemos considerado en una asamblea en El Triunfo, provincia de Buenos Aires, y fue unánime: me dijeron «dejate de joder»”. Y en la mayoría de los lugares dijeron lo mismo”.

Por último, en tono apocalíptico la emprendió contra el gobierno nacional: “Los gobiernos kirchneristas dejaron atrás los motores del crecimiento del 2002. Nos preocupan los efectos negativos que pueda tener la combinación que se da hoy de inflación y retenciones altas, con un dólar poco competitivo. Porque esta película ya la vimos en la década del 90, cuando empezamos a ver colmadas las góndolas de productos importados, al tiempo que quienes hacíamos producción de escala pequeña y mediana nos fuimos sumiendo en la lógica de desfinanciamiento, endeudamiento, descapitalización, quiebra y desaparición. Y eso nos alarma, porque no queremos que se repita”.

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