El record de denuncias por maltrato a mujeres que registró el Teléfono Verde en el primer mes del año –207, un 45 por ciento más que durante enero de 2011– llevó a las responsables de distintas organizaciones no gubernamentales que trabajan contra el flagelo a fortalecer sus campañas contra la violencia de género. A pocos días del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora los 8 de marzo, en fecha reconocida por las Naciones Unidas, el colectivo Las Juanas, el Taller Permanente de la Mujer del Cordón Industrial y las jóvenes pioneras de la Marcha de las Putas en Rosario salieron a reclamar apoyo del Estado para impulsar aún más las denuncias de todo caso de maltrato, con la inmediata contención de sus víctimas. También reclamaron una amplia difusión y discusión de los distintos tipos de violencia que se perpetran.
“La concientización es continua y lenta, pero notamos que hay mayor grado de visualización del daño que se genera en la mujer, ya sea físico, psíquico, simbólico, mediático. Acá se viene hablando sólo del físico, ése que deja huellas visibles, pero, ¿qué pasa cuando una mujer debe pelear contra el padre de sus hijos por la cuota alimentaria o cuando son tratadas como objetos cuando se ven publicidades donde una mujer desnuda es el objetivo de venta?, interrogó Gabriela Sosa, de Las Juanas.
La dirigente de la ONG marcó que no hablaba solamente de las 207 llamadas que recibió el Teléfono Verde en enero de este año, sino también de las 833 que atendió entre octubre y diciembre del año pasado. Pero sobre todo de aquellos casos que siguen aún desconocidos. Sosa remarcó que el registro que ellas llevan desde la ONG “es sólo basado en los datos publicados en los medios de comunicación”, por lo que presume una brecha con los que ocurren en la realidad. “Aún queda mucho por hacer para que las mujeres se sigan animando a denunciar este flagelo”, sostuvo.
Por su parte, Chabuca Zabala, del Taller Permanente de la Mujer del Cordón Industrial, coincidió con Sosa en la “naturalización de la violencia”, a tal punto que no se toma como tal. “Hay un hecho que no todos han observado. La mujer hoy aduce estar «cansada», y no pide asistencia médica, no reclama paz en su entorno, porque está «cansada». En realidad, hoy la mujer trabaja fuera y dentro de su casa, lucha por cuidar a sus hijos, y en muchos casos lo hacen solas, sin una manutención económica de parte del padre de los mismos ni ayuda de otro tipo. Hoy la mujer no tiene derecho a enfermarse, a reposar en su casa, siempre debe estar al cuidado de los que habitan bajo el mismo techo. Esa es también una manera de atacarla, de maltratarla”, enfatizó.
Además, Zabala argumentó que la violencia de género no es sólo de los espacios más vulnerables de una ciudad: “Pasa en los sectores medios y también en la clase alta, pero de estos casos se sabe poco y nada”, lamentó.
En ese marco, Sosa apuntó que la construcción de una sociedad con varones y mujeres con igualdad de derechos y posibilidades es un mensaje que debe mamarse desde el seno familiar y desde la escuela. “Trabajamos mucho desde la prevención y hoy vemos que muchos docentes no pueden trabajar con textos igualitarios. Es decir, muchos de ellos siguen enseñando desde el modelo de «un papá que trabaja y de una mamá que se dedica a los quehaceres del hogar»”, describió.
“El objetivo es doble: por un lado hay que fomentar el asesoramiento de las mujeres sobre dónde tienen que ir en cada caso y, por otro, educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de la igualdad de derechos”, detalló.
“No”, es “no”
En el marco de la sostenida campaña por los derechos de género, una de las manifestaciones que más llamó la atención en Rosario fue la primera Marcha de las Putas. Melina Coronel, una de las pioneras en impulsar en Rosario la réplica de la marcha que se realizara por primera vez en Canadá el 3 de abril de 2011 –fue en respuesta a los dichos del oficial de la policía de Toronto Michael Sanguinetti, quien en una conferencia sugirió que las mujeres debían “dejar de vestirse como putas si no querían ser violadas”– remarcó sobre la necesidad de que “el Estado proteja a la denunciante”.
“Hemos conocido casos en los que las mujeres han retirado la denuncia que habían presentado contra su pareja por miedooónde refugiarse con sus hijos, porque no tenían dinero para un abogado, o bien porque no supieron –nadie les informó– cómo continuar con el procedimiento”, advirtió.
“Es fundamental que además de trabajar por la concientización, se contenga a la mujer que realiza la denuncia para que ésta permanezca”, concluyó la joven.
Por contrapartida, Coronel destacó como un logro social el cambio ejercido ante la nueva ley de Violencia de Género, la 26.485. “Afortunadamente, los asesinatos a mujeres han dejado de ser titulados como «crímenes pasionales» para nombrarlos lo que realmente son: femicidios”.
Además, la joven anticipó que en octubre habrá una nueva Marcha de las Putas en Rosario. “A nivel nacional, con la Marcha de las Putas informamos a varones y mujeres que «no es no» y que podemos y debemos vestirnos y caminar como querramos. No por usar tacos, o un escote estamos incitando o justificando un manoseo o, mucho peor, una violación”, resaltó.
“Es el respeto a nuestro cuerpo y cuando decimos «no», significa «no»”, insistió Coronel, quien además coincidió con otras ONG en marcar que el aumento de las denuncias “no significa necesariamente que haya aumentado la violencia”.
“Es posible, pero sabemos que también hay más mujeres que se animan a denunciar. Bien, ese gran paso está dado, ahora hay que protegerlas”, volvió a remarcar.