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“Realmente tuvimos suerte y ahora podemos contarla”

Por Diego Montilla.- Uno de los tripulantes del avión que se estrelló contra una casa en Pueblo Esther cuenta lo ocurrido.

“Perdimos el control. Hacía solamente unos cuatro minutos que habíamos despegado y de repente el avión dejó de responder. Realmente fue una desgracia con suerte y ahora podemos contarla. Fue todo muy rápido y confuso”. El testimonio de Guillermo Thomas, uno de los ocupantes del avión ultraliviano que terminó aterrizando el último lunes a la hora de la siesta sobre el techo de una casa en Pueblo Esther, es elocuente y este odontólogo rosarino puede considerarse un auténtico afortunado porque las probabilidades de un final trágico ante un hecho de estas características suelen ser muy altas. Reviviendo en el lugar del accidente lo ocurrido, el hombre que acompañaba a Remilly Molini, encargado de pilotear la avioneta, estuvo ayer con los integrantes de la junta de investigaciones de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), quienes comenzaron a realizar los peritajes de rigor sobre el malogrado aparato con el objetivo de determinar qué fue lo que hizo precipitar la nave a poco de despegar del aeródromo de la vecina localidad.

Thomas le comentó a El Ciudadano que pese a lo brutal del golpe contra el techo de la casa –donde se encontraba descansando su propietario, quien también resultó milagrosamente ileso– sólo tiene un raspón en un brazo y un corte en el cuerpo.

“Realmente donde nos atendieron nos trataron muy bien, los médicos y los enfermeros fueron muy profesionales. Ahora acompañamos al personal dela Anacque se hace presente en cualquier accidente aeronáutico. Lo que hicieron fue sacar fotos, evaluar lo que ven, tomar testimonios y a partir de ahí van a hacer un informe para establecer las causas del accidente”, explicó.

Para este profesional todo pasó muy rápido, como una secuencia cinematográfica, y en el lapso corto, luego de despegar, vio junto al piloto, ambos sumergidos en un mar de adrenalina e impotencia, cómo el avión se dirigía de manera irreversible hacia el techo de la casa donde terminó literalmente clavándose en un aterrizaje traumático. “Habrán pasado unos tres o cuatro minutos del despegue cuando nos dimos cuenta de que no teníamos ninguna capacidad de maniobra y nos fuimos directamente contra la casa. Tuvimos suerte porque el techo amortiguó el golpe”, añadió.

El dentista contó que el ultraliviano accidentado es propiedad de una sociedad de la cual forma parte y que Molini, quien lo piloteaba, “es un piloto profesional con muchas horas de vuelo”.

“Simplemente perdimos el control de la nave. La estábamos probando y caímos. Todo ocurrió muy rápido, por lo que vamos a ver lo que dicen las pericias ahora”, subrayó.

En sintonía con el testimonio de Thomas, Sergio Bocamazzo, instructor del aeroclub de Pueblo Esther, señaló que “todo está por verse” y que hay que esperar el resultado de los peritajes que comenzaron a realizarse ayer. “Lo importante es que no hubo víctimas. Ahora hay que aguardar el trabajo de los expertos quienes son los que tienen la última palabra en estos casos”, agregó.

“Somos cuidadosos”

Por su parte, el vocal de la comisión directiva del Círculo de Aviación de Rosario, Edmundo Díaz de Lezana, en diálogo con este diario hizo especial hincapié en las medidas de seguridad que se toman día a día en los aviones. “Estamos aparentemente ante una pérdida de sustentación de la aeronave, lo que terminó ocasionándole la caída. Igualmente todo lo que podamos decir ahora será muy preliminar ya que será mediante los peritajes que se determinará lo que realmente ocurrió”, afirmó.

“El tema con los aviones es que son tan pocos los accidentes que ocurren que cada vez que aparece alguno somos noticia. Nosotros somos extremadamente cuidadosos con las medidas de seguridad por la simple y sencilla razón de que en cada vuelo se nos puede ir la vida, somos nosotros los que en primera instancia ponemos el cuerpo. Es por eso que las naves son sometidas a controles periódicos y estrictos a modo de prevención y las partes que así lo requieren se van cambiando, cada una ante una determinada cantidad de horas de vuelo”, añadió.

“Hay aviones que son de 1945 y que siguen volando porque están hechos a nuevo, ya que todas sus partes han ido siendo cambiadas a lo largo del tiempo por los controles obligatorios de rutina que tienen. Es por eso que hay pocos accidentes aéreos. Hay que pensar que a cada minuto hay aviones volando por todas partes, todo el tiempo, se vuela todo el tiempo y la cantidad de accidentes es mínima. Realmente el volar sigue siendo algo muy seguro, es el medio más seguro”, insistió.

Díaz de Lezana también aclaró que el avión siniestrado anteayer “no pertenece al aeroclub de Pueblo Esther, sino que es de privados que utilizan las instalaciones para guardarlo”.

“Ahora sabemos que algunos vecinos del barrio donde cayó, en Pueblo Esther, pidieron que se sacara el aeroclub del lugar porque no era algo seguro, y eso es realmente algo injusto. Pensemos una cosa: ¿cuántos accidentes de autos hay por día? Todo el tiempo. ¿Y por eso tendríamos que cerrar los garajes donde se guardan los autos o cerrar las cuadras donde ocurrieron los accidentes? Los aviones son un medio de transporte muy seguro, claro que no son infalibles, pero es lo más seguro que hay para viajar”, concluyó.

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