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“Soy una marca registrada”

Nilda de Siemienczuk será reconocida hoy en el Concejo como ecónoma distinguida luego de 43 años de trayectoria con sus míticos micros de cocina que generaciones de rosarinos disfrutan a diario.

“Sé que soy una marca registrada”, asegura Nilda Gómez, más conocida por su apellido de casada, Siemienczuk, quien hoy en el Concejo Municipal recibirá el reconocimiento de ecónoma distinguida de la ciudad, luego de 43 años ininterrumpidos haciendo recetas de comida para televisión, radio y diarios de Rosario y la región. Tiene al arroz con champiñones como su plato preferido y odia las milanesas. La popular Nilda no escapa a las consultas callejeras cuando alguien la identifica: “«Sáqueme de este apuro» es la frase que más escucho”, asegura la cocinera que admira a Narda Lepes, Francis Mallmann y Osvaldo Gross, a quienes sigue por el canal El Gourmet. Madre de tres hijos, 13 nietos y cuatro bisnietos, Nilda comenzó su relación con la cocina a los 11 años, cuando le hizo una torta a su hermano Amaro. “Estaba destinada”, asegura.

—¿Cómo tomó está distinción del Concejo?

—Te diría que fue una sorpresa, no creí que podía llegar a tener tamaña distinción. Después me puse a pensar y me dije: “Me lo merezco”. Son 43 años ininterrumpidos de trabajo en televisión, radio y diarios, escribí libros, he dado clases, he tenido escuela, son muchos años dedicados a la mujer de hogar para que tuviese la oportunidad de tomar algo de lo que yo enseñara y que le sirviese para consolidar mejor el afecto y el protagonismo dentro de su grupo familiar. Las distintas generaciones fueron tomando lo que para ellas y su familia les resultara bien, resolver mis recetas con facilidad. Me he dado cuenta de que mi trabajo no ha sido en vano.

—¿Cuándo comenzó con los famosos micros ?

—El 15 de septiembre de 1966, en Canal 5. Hacíamos un programa en vivo que se llamaba Tertulia hogareña, que fue mi primera aparición en la tele. No nos podíamos equivocar, fue el primer programa rosarino dedicado a la mujer. Nunca me moví de Rosario. Lo mío no sólo se difundió por las canales de Rosario o por LT8, donde salgo al aire desde 1978, porque lo que la gente no sabe es que estuve trabajando para el Inta por más de diez años. Concurría a las escuelas rurales a enseñarles a las mamás a cocinar lo que ellas mismas tenían en sus huertas o granjas.

—¿Cómo empezó su relación con la cocina?

—Cuando era chica tenía revistas donde venían cosas que hoy no se encuentran, donde no sólo había recetas de cocina, venían unos cursos de economía doméstica y ahí nace una cocina que fuera posible para todos. Cuando mi hermano Amaro cumplió 8 años, yo tenía 11 y no teníamos cocina sino un fogón a carbón. Hice una torta en una sartén sobre el fogón y en la tapa le puse brasas y cuando la cortamos, hay una parte que se deslizó y un nene dijo “esta parte está cruda”, y yo le contesté que no, que era una crema que le puse adentro… Estaba destinada.

—¿Ve los canales de cocina?

—Considero que todo ha cambiado, hay programas donde están armados para el lucimiento del chef, pero muchas veces no son útiles para el ama de casa que lo está viendo. Le ponen a las comidas especias que aquí no se las encuentran; si tenés que hacer lo que ahora llaman cocina fusión, que son recetas de distintos países, creo que eso es quitar lo auténtico de la cocina de cada país. Yo tuve otro estilo, no digo que eso no sea bueno, sino distinto a mis tiempos. Mi forma de comunicación siempre fue simple y directa, utilizando el castellano, sin invocar nombres en francés o inglés que el ama de casa no tiene por qué saber.

—¿Y hay algún cocinero que le gusta?

—Me gusta Narda Lepes y me gusta mucho Osvaldo Gross, que hace pastelería también. A mí me gustó siempre trabajar con levaduras y este señor hace cosas muy buenas. También Francis Mallmann, que volvió a las fuentes, se cansó de hacer recetas que no le pertenecían de la cocina francesa y ahora cocina con sus fuegos, con escasos elementos, la cocina que lo va a nutrir y satisfacer. ¿Sabés de qué estoy orgullosa? De la  cantidad de amas de casa que ingresaron al mundo de la gastronomía haciendo sus tortas o servicios de catering o hacen negocios con mis libros. Cocinando con la señora de Siemienczuk lo edité en 1972 y ya no sé cuántas ediciones se hicieron. Las generaciones pasan y lo siguen consumiendo.

—¿Cuál es su plato preferido?

—Es un plato que hacía mi abuela italiana, de Milán, arroz con azafrán… el arroz amarillo con champiñón, era muy rico por el punto que le daba, eso lo tengo siempre presente y se lo hago a mis hijos; también me gusta mucho el pescado, no tanto la carne, las milanesas no me gustan. Pero el plato preferido cuando nos juntamos toda la familia es la paella; tengo que hacer dos enormes ollas porque les encanta.

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