Los brigadistas se replegaron cuando cayó el sol del domingo en el Cerro Cocinero, sin ninguna novedad sobre el paradero de los tres montañistas que dieron su última señal de vida hace diez días, cuando se comunicaron por teléfono con sus familiares.
“No hay ninguna novedad, ni buena ni mala” dijo como síntesis Evaristo Melo, director de Defensa Civil del Chubut al concluir la jornada que fue aprovechada al máximo ya que las condiciones meteorológicas lo permitieron.
Una dotación de rescatistas expertos se quedarán en el campamento montado en la alta montaña para reanudar la tarea de búsqueda a primera hora de la mañana y los que estuvieron al pie del cerro haciendo la logística se replegaron a la base que opera en Villa Futalaufquen, cabecera del parque nacional Los Alerces.
El funcionario provincial reconoció que “cada vez nos sorprenden más las estimaciones sobre la nieve que cayó, porque en principio se estimaron entre dos o tres metros, pero a eso se agregó la avalancha que sumó entre 9 y 10 metros”. “Pero la última estimación que se hizo, ahora que se pudo despejar una capa importante es que la nieve en ese punto entre lo que cayó y lo que aportó la avalancha supera los 12 metros” indicó Melo.
Del refugio encontraron vestigios durante estos días, como un panel de la pared, la ventana y hasta el cartel de bienvenida al vivac, pero no se encontró ningún efecto personal de los buscados lo que “por el contrario a lo que se pueda pensar eso nos da esperanza”.
Tampoco se encontró todavía el techo del refugio, una estructura de formato alpino de dos aguas sobre las que los rescatistas se ilusionan de que los andinistas estén ahí atrapados en una burbuja, aunque “el paso de los días va apagando la llama de la esperanza” reconoció el jefe de defensa civil.
Las brigadas de rescate se concentran en la zona donde se registró la avalancha en un frente de 200 metros, “que es como buscar una aguja en un pajar, el imaginarse un punto en la inmensidad de la montaña nevada” explican los especialistas.
La tarea se torna agotadora con palas de mano, ya que no hay forma de subir maquinaria ni desplazar equipamiento pesado por temor a más avalanchas que pongan en riesgo a los propios brigadistas.
Al cerro ascendieron hoy 40 personas con un perro rastreador, detectores de metales y sondas.
La actividad de búsqueda debajo de la nieve se realiza con sondas que son varillas de material flexible y resistente, similar a los bastones de ciegos, a los que se les adhirió una luz en la punta con el cual se “palpa” bajo la capa.
El Cerro Cocinero tiene 3500 metros de altura, está a mitad de camino entre el acceso al parque nacional Los Alerces y el lago Futalaufquen, 650 km. al oeste de esta capital, 70 km. al noroeste de Esquel y 290 km. al sur de Bariloche.
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