Al color en las tribunas se le sumó la ovación al capitán de Los Pumas, es que Julián Montoya se sumó al selecto grupo de los centauros. El hooker formado en Newman llegó a los cien partidos con la camiseta argentina. La segunda gran ovación se la llevó el entrerriano Marcos Kremer, quien al ingresar a la entrada en calor hizo delirar a los hinchas argentinos que lo tienen entre los más queridos del plantel.
El clima acompañó para que la fiesta del deporte sea completa. “Vamos Pumas, vamos” fue el primer hit de la hinchada, que al alterno momentos de euforia y momentos de calma.
La organización del partido entrega distinciones a las santafesinas y los santafesinos que alguna vez vistieron la camiseta de algún seleccionado nacional.
Mientras la tarde iba cayendo, en las tribunas del sector este y sur empezaban a respirar alivio, pero los aplausos y gritos ante cada tackle duro de Los Pumas se hacía sentir hasta Sauce Viejo.
Para los nuestros, los santafesinos hubo dedicatorias especiales, como la de la familia Mecchi de Rufino que le dedicó un cartel gigante a Santiago Chocobares. El centro formado en Pampas de la localidad del sur de Santa Fe y con un paso importante por Duendes, es el embajador de Rufino en el Mundo, actualmente juega en Toulouse de Francia y en la temporada pasada fue campeón de Europa y de Francia.
Para Myaco Vivas, hombre de CRAR de Rafaela, el aguante lo dieron del club rafaleino con muchas camisetas verdes y blancas.
Y por supuesto que cada vez que sonaban Los Palmeras con cualquiera de sus hits, los hinchas explotaban al ritmo de la mejor banda de cumbia santafesina de la historia.