En cinco meses la Justicia provincial puso fin a un calvario que vivieron dos hermanas por años. Desde el principio de sus adolescencias, ambas fueron abusadas sexualmente en reiteradas oportunidades por su medio hermano, quien no escatimó en violencia para concretar su cometido. El hombre, hoy de 30 años, aprovechó la convivencia con las chicas y utilizó todo tipo de agravios, amenazas con arma de fuego, violencia física y verbal para lograr el ultraje y el silencio de las víctimas. Hasta que una de ellas decidió contar el horror que atravesaba: ello ayudó a su hermana a desahogar su padecimiento y una de ellas se atrevió a denunciarlo en enero pasado. Ayer, a través de un juicio abreviado, el acusado fue condenado a 15 años de prisión. El acuerdo presentado por la Fiscalía y un defensor particular fue homologado por un tribunal pluripersonal compuesto por Gonzalo López Quintana, en la presidencia, José Luis Suárez y Carlos Leiva.
La casa de las dos adolescentes se convirtió en una trampa cuando su hermanastro C. D. C. se volvió su agresor. Hoy las jóvenes tienen 22 y 23 años pero durante años vivieron paralizadas por el temor a un hombre que no dudó en utilizar la violencia para ultrajarlas reiteradamente. A la menor de ellas, la abusó desde los 12 años mientras que su hermana se convirtió en su víctima a los 16. Desde allí y hasta enero de este año quedaron a merced de este hombre con el que compartían lazos de sangre. Todos convivían en una misma casa cerca de Rosario, donde el condenado aprovechaba los momentos de soledad con ellas para abusarlas, golpearlas en el abdomen, cabeza y espalda y amenazarlas de muerte. En dos de los hechos por los que fue acusado utilizó un arma de fuego para amedrentar a las víctimas. El abuso se agravó no sólo por el acceso carnal sino además porque C. D. C tenía un vínculo familiar con las víctimas que eran menores y se aprovechaba de la situación de convivencia para someterlas. La Fiscalía, a cargo de Matías Ocariz, le achacó 5 hechos concretos y la querella, representada por Marcelo Folch, trabajó codo a codo con la Fiscalía y colaboró en la investigación. Toda esta tarea encaminó el caso hacia un juicio abreviado que fue acordado con la defensa del imputado a cargo de Augusto de Giovanni.
Ayer se realizó una audiencia oral presidida por un tribunal pluripersonal; allí se dio lectura al abreviado. En el auditorio una de las víctimas, con suma valentía, estuvo presente en la audiencia y se expuso a la mirada de su agresor. Al momento de prestar su consentimiento, C. D. C. reprochó la labor de su defensor, por lo que el presidente del tribunal, López Quintana, le explicó su derecho a no dar su consentimiento al convenio si no estaba de acuerdo; en dicho caso puede proseguir con el trámite ordinario del proceso, le detalló. Ante ello, el imputado solicitó un cuarto intermedio para hablar con su abogado y al reiniciar la audiencia prestó su consentimiento para lograr su homologación, por lo que fue sentenciado a 15 años de prisión, accesorias legales y costas.
Las jóvenes se encuentran bajo tratamiento psicológico con el fin de superar esta terrible vivencia.