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200 años de arte argentino en el Museo Castagnino

La heterogeneidad y pluralismo de estilos, prácticas, poéticas y lenguajes de la exposición que puede visitarse en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino propone diálogos que interrogan el concepto de Nación, historia y presente.

El pasado viernes se inauguró en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino (Pellegrini 2202) la muestra Congreso de Tucumán. 200 años de arte argentino. Rosario es la segunda ciudad en la itinerancia de la muestra organizada por el Ministerio de Cultura de la Nación junto al Museo Nacional de Bellas Artes. La exposición tuvo su primera presentación en San Miguel de Tucumán en julio de este año en el marco de los festejos del Bicentenario de la Independencia y continuará hasta 2017 pasando por ciudades como Mar del Plata, Neuquén, Córdoba, Mendoza, San Juan y Salta.

Sin tener residencia en la ciudad capital la exposición curada por Andrés Duprat y Jorge Gutiérrez intenta dar cuenta de las mutaciones y las resistencias, las continuidades y las rupturas que produjo el arte argentino en sus doscientos años de historia. Con la idea y apoyo de Américo Castilla, actual secretario de Patrimonio Cultural, esta muestra intenta emular el concepto de congreso en cuanto a la heterogeneidad y pluralismo de estilos, prácticas, poéticas, lenguajes y medios presentados en forma de diálogos a través de cuatro ejes problemáticos que permiten interrogarnos como Nación, como historia y como presente.

Las obras expuestas pertenecen al acervo del Museo Nacional de Bellas Artes (Mnba) junto a una selección de artistas contemporáneos. Esta propuesta replica y revisa el acontecimiento que hoy leemos de aquel 9 de julio de 1816, sólo que articulado desde el arte, como uno de los lugares de la cultura. Los artistas contemporáneos como representantes de cada provincia argentina establecen una discusión simbólica con la historia del arte y con la idea de nación. Además incluye a un artista boliviano en alusión a tres provincias que participaron de aquel congreso y que hoy forman parte del país vecino. Si en 1816 los representantes de las provincias debatían sobre las resistencias a continuar siendo colonia, revisando los antecedentes directos: la Revolución de Mayo y la Asamblea del año XIII, esta muestra explora, desde la producción plástica argentina, su pasado remoto sobre la idea de emancipación e invención de un arte de carácter nacional junto a las facetas del arte contemporáneo en un escenario global.

¿Cómo dar cuenta, entonces, de 200 años de arte argentino? Una tarea que los propios curadores saben imposible por lo que la articulación de cuatro núcleos permite escindirse de la reconstrucción cronológica y estilística para adentrarse en tópicos o problemas que atraviesan buena parte de la historia: “Paisaje y territorio”, “Visiones sobre la subjetividad”, “Los cambios sociales” y “Vanguardia y abstracción”.

“Decidimos armar cuatro núcleos que tuviesen una idea de emancipación de los géneros. Como por ejemplo, «el núcleo de los retratos», pero nosotros lo llamamos de las subjetividad, el armado de las subjetividades, eso nos permitía empezar a poner en diálogo otras situaciones de la colección”, explicaba Jorge Gutiérrez uno de los curadores. En este núcleo encontramos obras de la tradición pictórica argentina como un exuberante retrato de Prilidiano Pueyrredón que se conecta con las invenciones subjetivas más contemporáneas como la de Rodrigo Etem o Lucas Mercado. Pasando incluso por un sugestivo encuentro entre Grete Stern, Liliana Maresca, Adriana Lestido y Maia Navas, como gesto por recuperar la mirada sobre la importante tradición de artistas mujeres en el arte argentino.

En este mismo sentido, los otros núcleos contemplan problemáticas aún vigentes, aunque ampliadas y expandidas a una visión contemporánea. La tradición paisajística de la pintura argentina que representan Fernando Fader o Pio Collivadino sobre la convicción de inventar el paisaje nacional a comienzos del siglo XX es complejizado por la idea de territorio que incluye en un sentido más amplio la mirada social, política y estética del entorno con obras de Guillermo Kuitca, Guido Yannito o Alberto Goldenstein.

Los cambios sociales retoman la intensa tradición política argentina comenzando con Cándido López, pasando por Antonio Berni y Juan Carlos Romero, hasta Graciela Sacco, por mencionar sólo algunos de los artistas que le otorgan densidad a esta problemática. Según aclaró Andrés Duprat, mientras señalaba un dibujo de Tomás Espina realizado con pólvora, en relación a unas serigrafías de Jorge Macchi, “hay obra de este núcleo que es más dramática y obras que trabajan con registros estéticos más fríos, pero igualmente entran en lo que uno puede entender como arte político”.

Finalmente, el núcleo dedicado a la vanguardia artística, restringiéndose a la abstracción, presenta obras de Pettoruti ligada al cubismo; de Tomás Maldonado a través del grupo Ante Concreto Invención y de César Paternosto, quien propone una mirada oblicua de la pintura. Estas propuestas se cruzan con preocupaciones sintéticas y abstractas más contemporáneas como las de Jorge Gumier Maier, Graciela Hasper o Pablo Siquier, abstrayendo formas del mundo cotidiano, y Fabiana Ímola, la representante de la provincia de Santa Fe, con sus enramados como síntesis de la naturaleza.

Entre las confluencias y tensiones generadas por los cuatro núcleos atravesamos, igualmente, algunas preguntas ¿Cómo ingresamos en el concepto de Nación? ¿Dónde encontramos el federalismo? ¿En qué horizontes se asientan nuestras búsquedas? ¿Qué hegemonías podríamos desterrar? Tal vez una arista se ubica en la diversidad marcada, según los curadores, por los “diálogos entre los lenguajes artísticos. No hay sólo arte pictórico y escultórico, sino que hay soportes contemporáneos: instalación, video, fotografía, y eso también genera una mirada sobre los doscientos años”. Una mirada que intenta mostrar una historia no lineal ni unívoca sobre el arte argentino y también sobre la historia de un país aún en curso.

LOS DÍAS, LOS HORARIOS

Esta exposición podrá verse hasta el 30 de noviembre en la planta baja del Museo Castagnino (Bv. Oroño y Av. Pellegrini), todos los días de 14 a 20 (excepto los martes, que la institución permanece cerrada), y los domingos también por la mañana, de 10 a 13.  Además hay un catálogo disponible en formato digital en http://congresodetucuman.cultura.gob.ar.

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